Misterio en las afueras de San Antonio de Areco tras el hallazgo una pareja muerta en un auto abandonado

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Entrada la tarde de este domingo, un llamado al 911 alertó por un vehículo sospechoso en un camino rural a varios kilómetros del centro de la ciudad de San Antonio de Areco, en la provincia de Buenos Aires. Cuando los patrulleros llegaron al lugar se encontraron con un escenario trágico: dos cuerpos sin vida y una pistola en el interior del coche.

El hallazgo se produjo en las inmediaciones del haras Vacación, donde se crían caballos de competición, en un acceso que se desprende de la Ruta Nacional 8. Allí la Policía Bonaerense halló al Chevrolet Onix blanco señalado en la denuncia.

Según fuentes policiales, el vehículo no tenía patentes y una de sus ventanillas estaba rota. Le encontraron un orificio compatible con un balazo en el vidrio trasero izquierdo, del lado del conductor.

Además, los investigadores hallaron siete cartuchos calibre 9 milímetros intactos entre el capot y parabrisas, apoyados donde se encuentra la base de los limpiaparabrisas.

Los cuerpos aparecieron dentro de un auto en las inmediaciones de un haras. Foto: Google Maps

Otro dato que alarmó a los investigadores de la Policía Bonaerense fue que había un trapo colgando en la tapa de carga de combustible. Sin embargo, no se constató que existieran principios de incendio o partes del coche quemadas.

Ya dentro del auto, los peritos encontraron el cadáver de un hombre sentado en el asiento del conductor, con manchas de sangre y una pistola a escasos centímetros. En la parte trasera estaba el cuerpo de la mujer. De momento no se conoció con precisión la causa de muerte de ninguno de los dos.

Sin embargo, fuentes con acceso al caso indicaron a Infobae que la hipótesis principal en las primeras horas de investigación es un homicidio seguido de suicido: ella habría sido asesinada en otro lugar, trasladada en el vehículo hasta la zona del hallazgo y, antes de incendiar el auto, el hombre finalmente desistió y se quitó la vida.

Por otra parte, se conoció que el Chevrolet Onix no tiene pedido de secuestro activo y su titular es un hombre con domicilio en General Pacheco, partido de Tigre.

En el caso tomó intervención la UFI N° 6 del departamento judicial de Mercedes, a cargo del fiscal Luis Emilio Carcagno.

Chaco: asesinó a su padre y escondió el cuerpo en la heladera

El único acusado es Marcos Gauna, hijo de la víctima

Un parricidio ocurrió en el barrio Vélez Sársfield, en la ciudad de Resistencia, Chaco, donde un hombre ahorcó a su padre y ocultó el cuerpo en una heladera durante una semana.

Nadie tenía noticias de Rogelio Gauna, un carpintero de 65 años, desde el pasado jueves 14 de agosto. Sin embargo, en la madrugada del jueves, la policía local lo halló sin vida en su propia casa: su cadáver estaba escondido dentro de la heladera. Su hijo, con quien convivía, confesó el crimen poco después.

El hallazgo se produjo en una vivienda de la calle García Merou al 2900, después de que otro hijo de la víctima presentara una denuncia por su desaparición, tras varios días sin que respondiera el teléfono. El señalado por homicidio le había dicho que el jubilado estaba de viaje.

El presunto asesino convivía con su padre

Fuentes judiciales confirmaron a Infobae que Marcos Gauna (27) -único acusado hasta el momento- sufría de adicción y solía pedirle dinero a su padre, además de vender objetos del hogar para sostener su consumo.

La última vez que se tuvo noticias de Rogelio fue el día en que cobró su jubilación. Según sospecha la Justicia, Marcos habría estrangulado a su padre durante una violenta discusión luego de que este se negara a darle dinero para comprar droga.

Uno de los factores que despertó la sospecha de las autoridades fue que Marcos ofrecía distintas versiones sobre el paradero de su padre a distintas personas. Además, se mostraba nervioso y la casa emanaba un olor nauseabundo. Al ser confrontado por los oficiales, primero se negó, pero no tardó en confesar.

Los primeros resultados de la autopsia determinaron que la muerte del hombre ocurrió entre cinco y seis días antes del hallazgo.