A tres semanas de los violentos sucesos que derivaron en la cancelación de la llave entre Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana, el Rojo podría levantar en las próximas horas la sanción que recayó sobre el Estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini tras el visto bueno de las autoridades judiciales.
Luego de la sanción que impuso Conmebol de eliminar al club argentino pero dejar en competencia a la entidad chilena a pesar de los graves hechos que se desarrollaron en Avellaneda el pasado miércoles 20 de agosto, ahora la dirigencia de Independiente se enfocó en desarrollar un nuevo plan de seguridad para conseguir la habilitación del recinto.
Horas después de los hechos por la Copa Sudamericana, el juez José Luis Arabito, del Juzgado de Garantías N° 3 de Avellaneda, había definido clausurar el estadio tras un pedido del fiscal interviniente, Mariano Zitto. Precisamente Zitto fue quien elevó en las últimas horas un pedido al juez para dar por finalizada esa medida.
Autoridades de Independiente desarrollaron en conjunto con distintas partes involucradas en la seguridad de espectáculos deportivos un nuevo “Plan Operativo de Seguridad y Respuesta a Emergencias”. Tras los intercambios entre los organismos implicados, se concluyó en un plan integral que, entre otras cosas, resolvería los protocolos de actuación tanto de la seguridad privada como de las fuerzas policiales de prevención ante distintos eventos vinculados a la seguridad de los espectadores. Hay que tener presente que este ítem es fundamental ya que en la llave de Copa Sudamericana los simpatizantes chilenos que desembarcaron en Avellaneda estuvieron protagonizando ataques contra la parcialidad local durante varias horas sin intervención de las fuerzas de seguridad involucradas en el operativo policial de esa jornada.
Entre los fundamentos que figuran para levantar la clausura se aclara que el nuevo acuerdo entre las partes involucradas busca evitar las “des-coordinaciones” que hubo entre las fuerzas de seguridad privada y policiales con el fin de prevenir cualquier ilícito que pueda desarrollarse en el Libertadores de América.
Si bien deberá validar el juez este pedido, se espera que en las próximas horas se oficialice el fin de esta medida. En ese caso, Independiente podrá recibir el próximo sábado, desde las 16.45, a Banfield por la 8ª fecha del Torneo Clausura. Cabe recordar que el Rojo debió postergar el juego ante Platense de la 6ª jornada para evitar trasladarse a otro recinto.
En este caso, este año tendrá al menos los duelos contra el Taladro y el Calamar en Avellaneda, pero también recibirá a San Lorenzo, Lanús, Atlético Tucumán y Rosario Central por el campeonato local. Además, en caso de avanzar, podría disputar otros encuentros correspondientes a este torneo.
Hay que recordar que la Conmebol decidió eliminar a Independiente de la actual Copa Sudamericana, pero los de Avellaneda podrían disputar un torneo internacional el año que viene si logran la clasificación. Actualmente figuran en el 12° puesto de la Tabla Anual que reparte boletos a los certámenes continentales, pero está a apenas tres puntos del último equipo que clasificaría a la Sudamericana.
En cualquiera de los casos, el Rojo deberá afrontar los siguiente 14 partidos (7 de local y 7 de visitante) que dispute por un torneo Conmebol sin la presencia de su parcialidad.
En este contexto, el plantel de Independiente realizó un video rechazando la decisión del organismo que regula el fútbol de la región: “Injusticia es el sentimiento que nos invade, porque no tuvimos la posibilidad de disputar la clasificación dentro de un campo de juego, sino que nos toca ver y sentir cómo un grupo de hinchas visitantes, que vinieron a nuestro estadio con la clara intención de agredir a nuestra gente, hoy seguramente estén festejando que sus actos de violencia les dan como resultado la clasificación a su equipo”.
Previamente, desde la dirigencia del Rojo también habían emitido un fuerte comunicado apuntando contra la decisión de Conmebol: “Un equipo que estaba en ventaja en la serie, pero que enfrentaba la posibilidad concreta de ser superado en cancha, recurre a la violencia más brutal contra hinchas rivales, logra la cancelación del partido y recibe como “premio” la clasificación desde un escritorio. En otras palabras, la violencia se transforma en un atajo para evitar competir deportivamente hasta el final».