La familia de Leila Rodríguez, una joven de 24 años asesinada por su expareja en San Juan, no encuentra paz: ahora, siete años después del brutal femicidio, descubrieron que el asesino hackeó las redes de la víctima para difundir fotos provocativas de otras mujeres y lo acusan de revictimizarla.
Según la reconstrucción que hicieron los familiares ante la Justicia, donde radicaron la denuncia, todo comenzó cuando notaron que agresores anónimos habían ingresado a la cuenta de Facebook de Leila y comenzado a publicar imágenes de mujeres en poses provocadoras desde ese perfil.
Tras una serie de averiguaciones, sospecharon que se trataba de una provocación de Esteban Pacheco, condenado a cadena perpetua por el femicidio de Leila, o de su entorno cercano. Por este motivo, tuvieron que volver ante las autoridades judiciales a revivir la herida del crimen para preservar el respeto por la víctima.
“La perpetua la llevamos nosotros”, lamentó ante esta situación Paula Morales, madre de la víctima, quien dialogó con medios locales al respecto.
Desde la asociación Familias Unidas por el Dolor del Femicidio señalaron a Tiempo de San Juan que suelen ser agredidos por los femicidas, tanto durante los juicios como después de la sentencia.
“Todos los días sufrimos la pérdida de nuestras hijas y que vengan ahora y hagan esto es tremendo. Que me escriban y me digan que mi hija está en línea es muy doloroso, porque hasta hoy la sigo esperando”, señaló Victoria Villalón, representante del grupo.
Y agregó: “Es una mezcla de emociones, de rabia, bronca y asco. Necesitamos tranquilidad”.
Leila fue asesinada por su expareja y padre de su hija la noche del 26 de junio de 2018. Su cuerpo fue hallado en un descampado de la zona de Ullum: presentaba sangre en el rostro, marcas en el cuello y estaba cubierto con ramas, tierra y hojas.
Desde un primer momento, la familia se preocupó al notar que Rodríguez no respondía llamadas ni mensajes, luego de avisarle a su madre que saldría. Al día siguiente, fue una vecina quien encontró el cuerpo en una acequia.
Esteban Gabriel Pacheco estuvo detenido desde el inicio. Al momento de su arresto presentaba manchas de sangre y marcas en el cuerpo. Posteriormente, se confirmó que Leila había sido asesinada a cuchillazos.
En 2020, Pacheco recibió la condena de prisión perpetua por homicidio doblemente agravado, por el vínculo y por mediar violencia de género. Aunque su defensa apeló, la Corte —integrada por Guillermo Horacio De Sanctis, Marcelo Jorge Lima y Juan José Victoria— rechazó el planteo por inadmisible y confirmó la condena.
Según reconstruyeron los medios locales, Pacheco y Rodríguez habían convivido durante algunos meses entre fines de 2017 y 2018. Tras separarse, ella inició un reclamo legal por la cuota alimentaria. El femicida, según denuncias, la hostigaba y la presionaba para retomar la relación.
La noche del femicidio, la llamó en múltiples ocasiones y le envió decenas de mensajes. Luego la citó lejos de su casa. Mientras ella caminaba por un descampado, Pacheco le dio cuatro puñaladas y huyó del lugar.
Respecto a las burlas sufridas por las familias de víctimas de femicidio, existen múltiples ejemplos. Laura Requena denunció que el hombre que asesinó a su hija Brenda Requena en 2019 —también condenado a perpetua— suele tener actitudes provocadoras. El asesino, Diego Álvarez, acostumbra a poner “Me Gusta” en los posteos donde ella recuerda a su hija.
Por su parte, Anabela Recabarren, madre de Thalía Recabarren, asesinada en 2016 por su novio, aseguró que hoy en día sigue recibiendo el mismo tipo de llamadas que cuando buscaba a su hija desaparecida: “Le llaman, atiende y no habla nadie. Solamente se escucha a alguien que respira del otro lado, del mismo modo en que pasaba cuando todavía no encontraban el cuerpo de la chica”.
El grupo busca reunirse con el nuevo director del Penal de Chimbas, Carlos Suárez: “Lo que queremos es que los femicidas no usen los teléfonos estando en la prisión. Además, queremos que los jueces de Ejecución Penal nos den una respuesta al respecto”.