
El juez Alejandro Litvack, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 56, dictó el sobreseimiento de Cristian Norberto Graf, imputado por el encubrimiento del crimen de Diego Fernández Lima, cuyos restos fueron hallados el 20 de mayo pasado, en el patio de un chalet ubicado sobre la avenida Congreso, en el barrio porteño de Coglhan, lindero a una casa donde vivió Gustavo Cerati.
La resolución del magistrado, a la que tuvo acceso Infobae, se conoce una semana después de que Graf brindara su declaración indagatoria ante el propio juez Litvack y el fiscal Martín López Perrando, instancia durante la cual negó su participación en el crimen de la víctima y rechazó haber tenido relación o recuerdo alguno de Fernández Lima, incluso tras ser confrontado con registros escolares.
Durante la indagatoria, Graf (59), imputado por encubrimiento, contó detalles de su vida personal y familiar, e incluso habló de su situación de salud, marcada por la hipertensión bajo tratamiento. En ese contexto, dijo que su hermana, Ingrid Graf, vive cercana al núcleo familiar y, al momento de los hechos, fue ella quien lo llamó para avisarle del hallazgo, ya que él se encontraba, como de costumbre, cumpliendo su jornada laboral.
Sobre los hechos investigados, Graf negó tener relación o recuerdo alguno de la víctima, incluso tras ser confrontado con registros escolares. “No recuerdo a esta persona, Fernández Lima, yo me entero del hecho en sí cuando estaba trabajando, mi hermana me llama, fue cerca del mediodía… Luego fuimos a declarar a la Policía, le tomaron declaración a mi hermana porque fue la que estaba”, dijo y narró que llegó al domicilio cuando las autoridades ya estaba en el lugar del hallazgo.
Añadió, además, que desconocía por completo el origen de los restos hallados en el jardín de su propiedad. Remarcó que su contacto con los obreros que trabajaban en la medianera era estrictamente eventual y referido únicamente a cuestiones edilicias.
Graf también dejó asentado que las explicaciones alternativas que circularon (“huesos traídos por camión”, “una iglesia antigua”, “un establo”) no partieron de su propia boca, y que en realidad lo mencionado en charlas con los obreros respecto a una iglesia obedeció a una anécdota sobre la antigua historia del barrio.
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