“River está hecho pedazos”: el lapidario análisis de un ídolo de Boca sobre el presente del equipo de Marcelo Gallardo

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Navarro Montoya fue lapidario con el presente de River (Fotobaires)

Navarro Montoya volvió a ser noticia por sus declaraciones sobre el presente de River Plate y su entrenador, Marcelo Gallardo. Tras la derrota del equipo ante Racing, el exarquero de Boca analizó el momento del club de Núñez con una mirada crítica. “River está hecho pedazos. Cuando vos ves la imagen del entrenador, ves la imagen del equipo. Ves un equipo resignado porque el entrenador está resignado. Ves un equipo golpeado porque el entrenador está golpeado. Ves un equipo desorientado”, afirmó el exfutbolista. Para él, la crisis de River no se limita al aspecto futbolístico, sino que tiene un fuerte componente anímico que, a su juicio, se origina en el banco de suplentes.

El exarquero profundizó su análisis al referirse al impacto de la figura de Gallardo en este contexto adverso: “Cuando llegás a lo más alto como lo hizo Gallardo, muchas veces crees que lo otro no te puede pasar, y cuando te pasa es difícil desenvolverse por esas aguas”, sostuvo en diálogo con Picado TV. Según su visión, el equipo no solo perdió funcionamiento, sino también confianza e identidad, y el desgaste se percibe en todos los niveles del plantel.

Más allá de sus críticas a River, Navarro Montoya sorprendió recientemente al elegir la Supercopa Sudamericana de 1989 como el título más importante en la historia de Boca Juniors, por encima de otros logros más recordados por las nuevas generaciones. “Para mí fue el punto de inflexión en la historia de Boca. Fue el título más importante de la historia de Boca porque marcó el fin de lo que parecía una debacle institucional y el comienzo de un crecimiento de la institución”, explicó en una entrevista con Juan Pablo Varsky en el programa Clank!. El exarquero recordó que, en ese torneo, Boca venció a Independiente en la final y a Gremio de Brasil en semifinales, en un contexto de crisis institucional que precedió a la etapa dorada del club bajo la conducción de Carlos Bianchi.

Navarro Montoya es ídolo de Boca Juniors en Argentina - crédito EFE

En la misma conversación, Navarro Montoya relató los motivos de su salida de Boca en 1996, tras ocho años como titular. “Hubo un proceso con Carlos (Bilardo) que no fue bueno en mi relación con él. Yo tenía contrato con Boca, me podía haber quedado. Cuando llegó el Bambino, él me comunica que los dirigentes le habían dicho que no iban a contar conmigo y preferí dar un paso al costado”, detalló el exarquero. Además, describió la tensa relación con Bilardo: “(Bilardo) me convoca y me pide que no me tenía que ir de Boca y que me quería convertir en su líder. Yo le dije: Carlos no puedo ser tu líder porque vos pensás muy distinto a mí. Conducís de una manera que no estoy de acuerdo”.

Por otra parte, Navarro Montoya se sumó al debate que se generó por la reciente consagración de Rosario Central como campeón de la Liga 2025, tras acumular la mayor cantidad de puntos en la Tabla Anual. Esta decisión de la Asociación del Fútbol Argentino generó un efecto dominó en el fútbol argentino, impulsando a exjugadores y entrenadores a reclamar el reconocimiento de títulos históricos para sus clubes.

El Mono propuso que la AFA oficialice el campeonato invicto obtenido por Boca en 1991 como un título más en el palmarés del club. “En estos tiempos de premiaciones sorpresivas y revisionismo de la historia de nuestro fútbol, propongo que Boca solicite que se le reconozca el campeonato obtenido en 1991, campeón invicto, como título oficial, para sumar una estrella más a su escudo”, escribió el exguardameta en la red social X.

La decisión de la AFA de adjudicar el título a Rosario Central fue aprobada de manera unánime por los dirigentes de los clubes de Primera División, según comunicó la propia entidad. Lo llamativo de la medida radica en que se votó y anunció una vez finalizada la primera fase del Torneo Clausura, cuando ya no era posible sumar puntos para competir por ese reconocimiento, hasta entonces inexistente. Esta situación provocó sorpresa e incredulidad entre hinchas, jugadores y entrenadores, quienes observaron los festejos del club rosarino sin haber tenido conocimiento previo de la posibilidad de disputar ese título.