Cartas y una solicitud de ingreso: qué dicen los documentos que vinculan a Perón y Alfonsín con la masonería

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Carta de 1958 donde aseguran que Perón era masón con el Grado 33, el más alto

La masonería y todo lo que rodea a esta logia siempre tuvo un aura de misterio. A lo largo de los años su historia se nutrió de mitos y leyendas y mayormente de testimonios orales, ya que la documentación ha sido escasa, un poco por secretismo y otro poco por la propia decisión de los protagonistas, que por diversos motivos decidieron ocultar su pertenencia.

Sarmiento, un reconocido masón, anunció antes de asumir la presidencia que se desligaba

Otros, en cambio, hicieron pública y notoria su participación en el rito masónico. Muchos de ellos fueron célebres personajes de la historia argentina, entre los que se pueden señalar a Domingo Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre, Carlos Pellegrini, Justo José de Urquiza, Victorino de la Plaza y Agustín P. Justo. A otros actores de la historia nacional, como Juan Domingo Perón, se los vinculó en numerosas oportunidades con la masonería, pero el líder justicialista se mostró siempre como un acérrimo crítico del rito francmasón. Sin embargo, la aparición de documentos inéditos parecen dar crédito a la pertenencia masónica del tres veces presidente. También salieron a la luz viejos papeles que indican que Raúl Alfonsín pertenecía a la logia.

Esta novedosa documentación forma parte del archivo de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, organización que decidió hacerla pública y que la exhibirá durante el fin de semana como parte de las actividades de la Noche de los Museos. Infobae adelanta parte de la misma en este artículo.

Pablo Lázaro, presidente de la Gran Logia, explicó en diálogo con el autor de esta nota los motivos que los llevaron a dar a conocer este interesante material histórico. “Nosotros entendemos que la masonería no tiene nada que esconder, que hubo una época donde no se hablaba, no se contaba justamente por temor a persecuciones, porque realmente la masonería en alguna época fue perseguida”.

No solo los políticos son masones, también los artistas. El fallecido músico Adrián Otero pertenecía a esa logia

Al respecto, Lázaro recordó que en Argentina recibieron a masones españoles exiliados del franquismo, ya que “Franco expresamente persiguió a la masonería, tenía una Secretaría de Estado para la represión del comunismo y la masonería”.

En cuanto al origen de los documentos, Lázaro puntualizó que la Gran Logia posee un archivo central con mucha información que viene de las logias que la integran. “La Gran Logia de Argentina es una federación de logias, ya que hay logias en todo el país. Tenemos un archivo central y tenemos muchos archivos en el resto de las logias que durante mucho tiempo fueron guardados. Por ejemplo, se han recuperado propiedades o han aparecido viudas (de masones) que han dicho ‘mirá, tengo acá estas cajas’ con documentación. Y hay todo un grupo que viene trabajando, de personal rentado, pero también de muchos voluntarios que se dieron la tarea de empezar a clasificar estos documentos históricos. Este trabajo lo venimos haciendo desde hace mucho tiempo. Se trata de escanear, proyectar, y demás. Es colaborativo y ahí muchos masones encontraron cosas en el trabajo colaborativo”. Lázaro contó que como parte de esta labor proyectan lanzar una web con el material para que sea accesible a investigadores y el público en general.

Pablo Lázaro, Gran Maestre en Argentina

Lázaro, un ingeniero informático especializado en ciberseguridad de 47 años, asumió la presidencia de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones en 2020 y adhiere a una nueva corriente que apuesta por una política de puertas abiertas que busca dejar atrás ese tinte de oscuro misterio que fue una marca registrada durante décadas.

La Masonería en la Argentina

Más allá de las antiguas historias masónicas, las logias modernas tuvieron su origen en Londres a principios del siglo XVIII con la conformación de la Gran Logia de Inglaterra. Por estas tierras existieron varias logias en épocas de la colonia y finalmente el 11 de diciembre de 1857 se creó la Gran Logia de la Argentina. La primera sede funcionó donde hoy se levanta el Banco Nación y el primer Gran Maestre fue José Roque Pérez, organizador de la masonería argentina contemporánea y a quien muchos consideran el impulsor del proceso de secularización en la Argentina.

Actualmente, la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones tiene su sede en la calle Perón al 1242 -para los masones es el “Palacio Cangallo”, antiguo nombre de esa arteria- y fue diseñada por los arquitectos masones Francesco Tamburini y Jacques Henry Pellegrini.

El frente de la sede de la Gran Logia Argentina, en Perón 1242, que participará de la Noche de los Museos

El edificio de la calle Perón simula ser una réplica del templo del Rey Salomón, construido en Jerusalén en el siglo X antes de Cristo. Según algunas creencias, Hiram Abif, el arquitecto del templo que fue enviado de la región de Tiro para encabezar esa tarea era un conocedor de los secretos masónicos. En su libro Masones Argentinos. El Poder en las Sombras (Planeta, 2018), el escritor y periodista Mariano Hamilton asegura que “los que quieren que la masonería se apropie de un pasado de leyenda defenderán con fervor la historia de Hiram Abif”. El mito sostiene que Abif estudió bajo la dirección de varios maestros masones y que “en él habían confluido todos los conocimientos, pero especialmente uno: la palabra secreta masónica, es decir el nombre oculto de Dios”.

Alfredo Palacios, otro masón

El caso de Perón

Si bien el nombre de Perón fue vinculado en numerosas oportunidades con la masonería, el propio General negó reiteradamente su pertenencia al rito escocés, al que se encargó de condenar en más de una ocasión. Las primeras actividades políticas de Perón estuvieron vinculadas justamente a una logia, aunque de distinto carácter. Se trataba del GOU (Grupo de Oficiales Unidos), una logia militar secreta que desempeñó un papel clave en el derrocamiento del gobierno de Ramón Castillo el 4 de junio de 1943 y tuvo, a través de Perón y sus miembros, una importante participación en el gobierno militar instaurado a partir del golpe de Estado que terminó con la década infame.

El prestigioso historiador norteamericano Robert Potash, un conocedor profundo de los militares argentinos y su participación en el devenir nacional, publicó por primera vez documentación interna del GOU en un libro clave, Perón y el GOU, los documentos de una logia secreta (Sudamericana, 1984). Entre otras cosas, Potash dio a conocer los boletines que la logia militar repartía entre sus miembros. “Sus primeros números tenían un tono alarmista y no titubeaban en explotar sentimientos religiosos y racistas, así como el temor a los disturbios sociales y la intervención foránea”, explicó el historiador al presentar estos boletines. En uno de esos documentos de circulación interna del GOU, publicado poco antes del pronunciamiento del 4 de junio, los oficiales que lo integraban sentaron posición sobre la masonería: “Es una creación judía apoyada por fuerzas de extraordinaria importancia. Es una temible organización secreta de carácter internacional y por lo tanto enemiga del Estado y del Ejército por antonomasia”.

Perón y el GOU rechazan que San Martín haya sido masón

En el mismo folleto, rechazaban la afirmación de que José de San Martín era masón al afirmar que se trata de “un escarnio a su memoria”. Y continuaban: “(San Martín) jamás fue masón, porque la Logia Lautaro servía a otros fines y era solo un instrumento circunstancial”. Luego, advertían de la presencia de masones en las Fuerzas Armadas, lo que comportaba “una gravísima amenaza al Ejército, porque la masonería es la que ha promovido todas las perturbaciones sociales en el transcurso de todos los tiempos”. Así, el GOU le atribuía a la masonería la autoría de la Revolución Francesa, el inicio de la Guerra Civil Española y “muchas otras cosas”.

En la década siguiente, el propio Perón sufrió un violento golpe de Estado que lo desplazó del poder en septiembre de 1955. En marzo de 1970, durante la última etapa de su exilio en Madrid, Perón fue entrevistado por Tomás Eloy Martínez. Esas conversaciones se convirtieron en memorias que el ex presidente aprobó como canónicas y que Eloy Martínez publicó en Las vidas del General (Aguilar, 2004). Al hacer referencia a su caída, Perón le dijo a su interlocutor que en 1955 a su gobierno lo “aplastó la sinarquía internacional, de la que forman parte el capitalismo, el sionismo, el comunismo, la masonería y el clero tradicional, apoyados por los cipayos”. Otra vez la masonería. Pero no era todo. En otra parte del intercambio entre Perón y Eloy Martínez, el líder justicialista reconoció el papel de la masonería en la historia argentina, pero parándose en la vereda de enfrente.

Perón condecoró con la Orden del Libertador a Licio Gelli (Archivo General de la Nación)

“Dentro de nuestra historia hubo dos líneas muy claras: la que obedece al imperialismo británico y la nacional, la línea hispánica. Cuando se liberan los países de América, ya los ingleses están comenzando a montar su imperio sobre los despojos del imperio español. Todas las colonias españolas estaban azuzadas por los ingleses para que se sublevaran, a tal punto que oficiales como Carlos María de Alvear y San Martín son enviados a pelear en América por los ingleses. Viajan en barcos ingleses. La que orquestó nuestra independencia fue la masonería”, le dijo Perón a Eloy Martínez. Según su visión, “todos los gobiernos que se escalonaron desde el de Rivadavia en adelante fueron gobiernos de la masonería, gobiernos de la línea anglosajona (…) todos obedecen a la logia, al rito celeste escocés, es la línea anglosajona. Pero después, con los federales, va a cristalizar por primera vez algo fuerte: ya no son las logias masónicas, sino la línea nacional, la línea hispánica, porque siempre hubo una resistencia contra Inglaterra. En ella militaron Rosas, Yrigoyen y yo”.

Dos años después de sus encuentros con Eloy Martínez en Puerta de Hierro, Perón concretó su ansiado regreso a la Argentina tras 17 años de exilio. En esas circunstancias se conocieron los vínculos de Perón con dos italianos: el profesor Giancarlo Elia Valori y Licio Gelli, un oscuro personaje, líder de la logia masónica fascista Propaganda Due (P2). Valori y Gelli tuvieron un rol preponderante en el retorno del General al país, lo que llevó a algunos investigadores a pensar que este último tuvo algún tipo de relación en la profanación del cadáver de Perón, en 1987, como una suerte de venganza por algún tipo de acuerdo no cumplido.

¿Perón masón?

Más allá de su relación con Gelli y Valori, Perón siempre fustigó a la masonería y obviamente negó pertenecer a logias de ese tipo. Ahora será tiempo de analizar los documentos que dio a conocer la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, que podrían cambiar lo que se sabía hasta el momento sobre el fundador del justicialismo y los masones, o al menos sobre lo que él expresaba públicamente.

“Perón entra durante su exilio en la Gran Logia Alpina Suiza, que es una logia europea y luego llega a Grado 33 (NdR: el máximo grado de la masonería) unos años después y viene a la Argentina ya iniciado masón, donde trabajó mucho para eso una logia que había en el Congreso, la Logia Unión Nacional”, explicó Lázaro.

El abrazo Perón-Balbín, ¿impulsado por la masonería?

El presidente de la Gran Logia argentina incluso sostuvo que la Logia Unión Nacional “trabajó para el abrazo Perón-Balbín” y le atribuye a esta organización haber sido ideóloga de una histórica frase pacificadora de Perón que fue parte de su legado político luego de su muerte.

Según Lázaro, “Balbín no era masón, pero en su equipo había muchos que sí. De hecho, el ex gran maestre (Jorge) Clavero era uno de los secretarios de Balbín. Y en esa logia del Congreso (Logia Unión Nacional) se forjó esta idea de reemplazar la famosa frase de Perón ‘para un peronista no hay nada mejor que otro peronista’ por ‘para un argentino no hay nada mejor que otro argentino’, esa idea de la Unión Nacional”.

El documento donde Perón aparece nombrado como Gran Maestro Masón

Esta nueva teoría sobre la pertenencia de Perón a la masonería se sustenta en uno de los documentos desempolvados por la Gran Logia y datado en el año 1958, cuando transcurría el exilio caribeño del tres veces presidente. Por ese entonces, Perón residía en Ciudad Trujillo (actual Santo Domingo), en República Dominicana, el último país americano que habitó antes de instalarse en España. Previamente había vivido en Paraguay, Panamá y Venezuela.

Se trata de una carta escrita en italiano, fechada el 27 de abril de 1958 y destinada a Ciudad Trujillo, en la que se indica que Perón, el dictador nicaragüense Anastasio Somoza, el presidente de Guatemala Carlos Armas y el de El Salvador, José María Lemub, poseían el Grado 33 de la Masonería Universal del Rito Escocés. En el escrito se dirigían a Perón llamándolo “Soberano Gran Comendador y Gran Maestro para la Masonería universal del rito escocés antiguo y aceptado” y le solicitaban ayuda para las elecciones que se celebrarían en Italia el 25 de mayo de ese año para elegir diputados y senadores.

El libro de Potash que reveló los documento del GOU. Los oficiales que lo integraban, entre ellos Perón, cuestionaban duramente a la masonería

“La situación italiana es grave, compleja y difícil”, le informaban a Perón. “Muchos de nuestros hermanos son candidatos, lógicamente de incógnito, por obvias razones, incluido nuestro Soberano Gran Comendador y Gran Maestro, Gaetano Taranto, Grado 33”, seguían los firmantes, otros dos masones.

Aseguraban tener pocos medios a su alcance, mientras que sus adversarios estaban “fuertemente abastecidos”. Y cerraban: “Le estaremos infinitamente agradecidos si por solidaridad humana y masónica puede intervenir, dentro de sus posibilidades, para ayudar a financiarnos en la campaña electoral, que se presenta muy difícil para nosotros”.

La ficha en la que Alfonsín solicita ingresar a la Logia Masónica

¿También Alfonsín?

Al contrario que con Perón, es difícil encontrar referencias que vinculen a Alfonsín con la masonería o palabras del ex dirigente radical haciendo mención a la logia. Repasando biografías o libros sobre el presidente que condujo al país en el retorno a la democracia no se encuentran menciones al respecto.

Sin embargo, en los últimos años habían surgido algunos rumores de su pertenencia a la masonería e incluso llamó la atención que tras la muerte de Alfonsín, el 31 de marzo de 2009, entre los avisos fúnebres con mensajes de despedida al líder de la UCR apareció uno en el diario La Nación firmado por la Gran Logia de la Argentina. En algunas entrevistas, tiempo atrás, Lázaro había dicho que sabían de la pertenencia de Alfonsín, pero faltaban documentos, que ahora finalmente aparecieron.

El aviso fúnebre de la Gran Logia Argentina tras la muerte de Alfonsín, en 2009

Entre la documentación que la Gran Logia Argentina exhibe por primera vez, aparece una ficha firmada por Alfonsín y, curiosamente datada en 1974 en Paraná, Entre Ríos, solicitando su ingreso a la Gran Logia. En el papel aparece abrochada una fotografía en blanco y negro de un joven Alfonsín, que responde preguntas del estilo “¿cree usted en un ser supremo? o ¿sabe usted que los masones están excolmulgados por la Iglesia Católica Apostólica Romana?“. Alfonsín dice ser abogado, que trabaja en un estudio jurídico, y que su contacto masón es alguien llamado Sergio Montiel.

Lázaro consideró que documentos como este de Alfonsín y el citado anteriormente de Perón “no solo comprueban la pertenencia” de ambos a la masonería, sino que también “muestran la cotidianidad de ellos dentro de la misma”. En cuanto a Alfonsín, además de su pedido de inscripción también existen cartas que envió la Gran Logia de Chile “contando algunas cuestiones que vivió allá”. Al nacido en Chascomús lo llaman “nuestro Querido Hermano visitador” y cuentan que en el invierno de 1983 participó de un “ágape fraternal” con hermanos de la “Gran Logia de Chile”.

Parte de la carta que da cuenta del paso de Alfonsín por Chile para compartir actividades con

Estas misivas y más papeles serán exhibidos durante la muestra que la Gran Logia Argentina realizará en ocasión de La Noche de los Museos. Para el futuro próximo se esperan más revelaciones cuando los archivos que todavía se siguen clasificando puedan ser dados a conocer.