La comunidad educativa de Chapadmalal amaneció este sábado con una noticia que generó indignación y preocupación: dos adolescentes, de 14 y 18 años, fueron identificados como los autores de un violento episodio de vandalismo en el que causaron importantes destrozos en el interior de la Escuela Primaria Provincial N°60 y de la Escuela Secundaria N°43, ubicadas en la intersección de las calles 28 y 7, en las afueras de la localidad, lindante a Batán.
Los jóvenes, conocidos en el barrio por los apodos de “Moneda” y “Papu”, ingresaron durante la madrugada con un único objetivo: destruir. Mientras recorrían las instalaciones rompieron mobiliario y provocaron daños en las aulas, todo ello acompañado de comentarios burlones que quedaron registrados en un video que ellos mismos se encargaron de difundir en redes sociales.
Entre risas, se los escucha decir frases como: “Los vecinos van a tener que pagar” o “No se rompe ni a palo eso…”. Lejos de ocultar el ilícito, lo expusieron públicamente como una especie de trofeo. Esa decisión, sin embargo, se transformó en la principal prueba en su contra.
De acuerdo al parte oficial, al activarse la alarma del establecimiento en horas de la madrugada, efectivos del Destacamento de Estación Chapadmalal acudieron rápidamente al lugar. Sin embargo, al llegar comprobaron que los responsables ya habían huido. Lo que sí encontraron fueron los daños en las instalaciones: vidrios rotos, mobiliario destrozado y paredes vandalizadas.
La denuncia quedó asentada de inmediato, y las autoridades escolares fueron notificadas. Con el correr de las horas, las imágenes viralizadas en redes sociales facilitaron la tarea de identificación. Vecinos del barrio aportaron testimonios y, tras cotejar los videos, la policía logró dar con los responsables.
El mayor de ellos, de 18 años, quedó a disposición de la justicia ordinaria. En tanto, al confirmarse que el otro implicado tiene 14 años, intervino el fiscal de menores Marcelo Yáñez Urrutia.
“Son un resultado más de la década ganada”
El caso tomó repercusión pública casi al instante, sobre todo porque el propio intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, compartió en sus redes sociales los videos del acto vandálico y también imágenes de uno de los aprehendidos.
Con un tono de visible enojo, Montenegro expresó: “Estos menores que se ríen del daño que están causando en una escuela son producto de una generación que no tiene respeto por las cosas, ni por la gente, ni por las instituciones, ni por el trabajo, ni por la educación”.
En otro de sus mensajes, el jefe comunal profundizó la crítica: “Les enseñaron que está bien, que pueden hacer lo que quieran porque son mártires. Son un resultado más de la década ganada. Qué estado presente ni qué estado presente! Son de cuarta”.
El intendente también apeló a un recuerdo personal para ilustrar su visión sobre la pérdida de valores:
“Cuando yo era chico tenía el guardapolvo sin arrugas, pulcro y firme de almidón. Todos los valores perdidos además de la caradurez y la impunidad como para subirlo a sus redes sociales”.
Por su parte, la presidenta del Consejo Escolar, Mónica Lence, también se sumó al repudio y utilizó su cuenta de X para manifestar su indignación.
Según relató, las imágenes que recibió le generaron un fuerte impacto: “Me acaba de llegar. Nunca había visto algo tan crudo. Voy a sacar la cuenta de lo que llevamos gastado en esa escuela por vandalismo. Y en serio el modelo no está agotado? Desde donde te pares a analizar: Está roto”.
En un mensaje posterior, Lence propuso una idea cargada de enojo y frustración: “Che y si a alguien le llega a importar… puedo aportar los videos y las fotos. Digo porque me da la sensación que habría que investigar. Si no tienen donde ponerlos propongo dejarlos encerrados en la escuela arreglando todo. A patadas en el culo”.
Un problema que se repite
El hecho ocurrido en Chapadmalal no es un caso aislado. En los últimos años se registraron múltiples episodios de vandalismo en escuelas del distrito, que terminan obligando al Consejo Escolar a destinar partidas cada vez mayores para reparaciones. Según datos oficiales, la Escuela N°60 ya había sufrido otros ataques en el pasado reciente, con roturas de vidrios, pintadas y daños en los baños.
La diferencia en esta ocasión es que los propios responsables no solo ejecutaron el hecho, sino que lo difundieron en redes sociales, lo cual generó una sensación de impunidad aún mayor. Para las autoridades, esta exhibición pública es una muestra de cómo se banaliza la violencia y el desprecio por lo ajeno.
Entre vecinos y docentes, la indignación también fue fuerte. Algunos señalaron que se trata de jóvenes que ya habían protagonizado otros conflictos en el barrio y que no recibieron sanciones ejemplificadoras. Otros expresaron temor a represalias y remarcaron la necesidad de “poner un freno” antes de que los hechos escalen en violencia.
Mientras tanto, el fiscal Yáñez Urrutia analiza las pruebas y testimonios para determinar las imputaciones correspondientes.