Fuerte temporal en Corrientes: la crecida del Riachuelo afectó barrios y zonas rurales

0
13

El desborde del Riachuelo generó evacuaciones en barrios urbanos y complicaciones en parajes rurales de San Luis del Palmar

La localidad correntina de San Luis del Palmar volvió a quedar en alerta por una nueva crecida del Riachuelo, que desde el fin de semana provocó evacuaciones, calles anegadas, daños materiales y preocupación en distintos barrios y parajes rurales. El fenómeno se desató el domingo, cuando el nivel del cauce alcanzó los cuatro metros y forzó la salida de al menos 20 familias de sus viviendas, mientras otras 50 permanecen bajo monitoreo constante ante el riesgo de inundación.

La situación afecta especialmente a los barrios Inmaculada, Virgen del Rosario y San Cayetano, según detalló el intendente Reni Buján, quien advirtió que el desborde del agua sigue extendiéndose y agrava los problemas logísticos y sanitarios. “El agua no baja rápido y eso es un inconveniente”, expresó el jefe comunal en diálogo con la prensa local, mientras encabezaba las tareas de asistencia en las zonas afectadas.

El avance del agua llevó a que las autoridades habilitaran un nuevo centro de evacuados en el SUM municipal, ya que el albergue del Mbaya Soto se encuentra completo. A pesar de los esfuerzos para contener los efectos de la crecida, la falta de drenaje complica aún más el panorama.

El nivel del río Paraná, que permanece elevado, impide que el Riachuelo pueda desagotar normalmente, una combinación que tensiona los recursos locales y demora la recuperación de los sectores más golpeados.

Las autoridades locales habilitaron un nuevo centro de evacuados ante la saturación del albergue municipal por la crecida

Mientras tanto, en los parajes de la zona rural, la situación no es mejor. En la cuarta sección, específicamente en Empedrado Limpio, se registraron fuertes vientos y la formación de una cola de tornado, que dejó voladuras de techos y daños en distintas viviendas.

También se reportaron lluvias intensas en la sexta sección, en el paraje Lagunita, a unos 15 kilómetros del centro urbano. Allí, según datos de los Bomberos Voluntarios, el sábado por la mañana ya se habían acumulado 100 milímetros de agua, lo que incrementó el nivel del río a 3,85 metros en pocas horas.

A pesar de que el domingo no llovió, el cielo permaneció nublado y la humedad no dio tregua. El panorama, describen los vecinos, es de calles cubiertas por agua y viviendas con los pisos completamente inundados. “Es más que eso, hay calles anegadas y agua en las casas”, relató un residente al diario Norte de Corrientes, reflejando la magnitud del problema.

En ese contexto, mientras parte de la población intentaba cumplir con su deber cívico en las elecciones nacionales, otra buena parte ni siquiera llegó a acercarse a las urnas. La emergencia hídrica alteró el ritmo habitual del domingo. En las zonas donde el agua no llegó, los comicios se desarrollaron con cierta normalidad. En las otras, las prioridades eran otras.

Equipos de salud realizaron controles en barrios como Virgen del Rosario, Cruz de los Milagros e Inmaculada (Fotos: Diario Época)

El Ministerio de Salud de Corrientes desplegó un operativo interdisciplinario junto con el municipio en varios barrios para asistir a los damnificados. Equipos de la Dirección General de Epidemiología, Zoonosis y otras áreas específicas recorrieron los sectores más comprometidos, practicaron controles sanitarios y registraron pedidos de ayuda material. Los trabajos se concentraron en Virgen del Rosario, Inmaculada, Cruz de los Milagros y San Cayetano, donde se detectaron numerosos casos de viviendas con agua en su interior.

No hay una cifra oficial sobre el total de evacuados, pero los testimonios coinciden en que hay “mucha gente con asistencia”. Muchos vecinos optan por no abandonar sus hogares, a pesar del ingreso del agua, por temor a robos o por no querer dejar sus pertenencias. La inseguridad, en medio de la emergencia, también influye en las decisiones de quienes se resisten a trasladarse a los centros habilitados.

El pronóstico del tiempo indica que no se esperan precipitaciones en el corto plazo. Sin embargo, el cielo se mantendría cubierto durante los próximos días, con temperaturas mínimas de hasta 12 grados y máximas que rondarán los 25. El clima gris y fresco podría extenderse durante la semana, aunque al menos, por ahora, las lluvias parecen haberse detenido.

La situación es monitoreada de forma permanente por las autoridades locales, en articulación con organismos provinciales y cuerpos de emergencia. Mientras tanto, los barrios ribereños y los caminos rurales siguen sintiendo el impacto de un fenómeno que, aunque no es nuevo, volvió a poner en jaque a una localidad que ya conoce de memoria los efectos del desborde del Riachuelo.