Tras la detención el pasado jueves de un vendedor de comida callejera en Santiago del Estero, acusado de vender milanesas y chorizos con ingredientes irregulares —entre ellos, papel higiénico—, habló una de las víctimas que consumió sus productos.
Se trata de una mujer embarazada que terminó internada por intoxicación alimentaria, tras consumir un sándwich de milanesa: «Solo le doy gracias a dios que no perdí mi bebé, porque la verdad la pasé muy mal», sostuvo, al respecto.
El insólito episodio ocurrió en Monte Quemado, durante la fiesta en honor a la Virgen del Carballo. Allí, inspectores municipales secuestraron 25 kilos de milanesas y chorizos, y clausuraron el local del comerciante, oriundo de Tucumán.
La víctima que decidió denunciar su calvario se encontraba trabajando durante la tradicional festividad. Al terminar su horario, se acercó al puesto para comprar algo para comer: «Cuando llegué al hospedaje comencé a sentirme muy mal”, detalló, en declaraciones a Todo Noticias (TN).
De acuerdo con su testimonio, poco después se manifestaron los síntomas: dolores de cabeza, vómitos y presión baja. “Mi estómago se retorcía del dolor y después me quedé dormida”, añadió.
Ya entrada la madrugada, la mujer —que decidió permanecer en anonimato para la entrevista— volvió a experimentar los mismos síntomas, pero con mayor intensidad. Sus compañeros de trabajo la asistieron y la trasladaron a un hospital. Allí estuvo casi seis horas internada con suero.
Tras recibir el alta, la víctima regresó a Santiago del Estero, su ciudad natal, para continuar con su atención médica. En el Hospital Regional Ramón Carrillo le confirmaron que había sufrido una intoxicación leve.
El caso
La intervención al vendededor callejero tuvo lugar a las 10.30 en un puesto de comidas ubicado en la esquina de avenida Juan Domingo Perón y Lavalle. Personal de la Dirección de Calidad de Vida y Bromatología actuó tras detectar serias irregularidades en la preparación de los alimentos.
El responsable del puesto fue identificado como el feriante Marcos Rolando Ávila, que pretendía vender sándwiches de milanesa y choripanes durante las celebraciones patronales que no cumplían con las normas sanitarias vigentes.
Según el acta de clausura, se incautaron varias bolsas con milanesas y chorizos en estado de deterioro, además de aderezos en mal estado de conservación.
Lo más grave, según el informe oficial, fue que entre los ingredientes de los productos decomisados se detectaron restos de papel higiénico utilizado en la preparación de la carne, un componente imposible de procesar por el organismo humano y que podría haber ocasionado graves lesiones internas en los consumidores.
Los inspectores señalaron que los alimentos presentaban malas condiciones de conservación, manipulación inadecuada, falta de higiene, ingredientes de dudosa procedencia y un deterioro avanzado. Todo el procedimiento fue realizado en presencia de testigos y quedó documentado con fotografías y filmaciones.
“Evitamos que decenas de personas consumieran alimentos que podían poner en serio riesgo su salud. El papel higiénico no solo es improcesable por el organismo, sino que puede provocar complicaciones digestivas severas”, indicaron fuentes municipales tras el operativo, según informó Diario Panorama.
Una vez labrada el acta, las autoridades municipales procedieron a la clausura inmediata del local y adelantaron que se formalizarían una denuncia penal contra Ávila.
Fuentes judiciales confirmaron a Infobae que el Ministerio Público Fiscal de Santiago del Estero tomó intervención en el caso. No se descarta que el comerciante sea imputado por delitos contra la salud pública y citado a declarar para explicar el origen y la “particular receta” de sus productos.
Con la clausura del puesto, el municipio remarcó la importancia de los controles bromatológicos en este tipo de festividades y reiteró el pedido a la población de consumir únicamente alimentos habilitados y de procedencia confiable, para prevenir riesgos para la salud.
Qué es la Fiesta de la Virgen del Carballo
El procedimiento ocurrió en la previa de la Fiesta de la Virgen del Carballo, una de las celebraciones religiosas más importantes de Monte Quemado, que cada año convoca a peregrinos de toda la región. La detección a tiempo de estos alimentos adulterados evitó lo que pudo haber sido un serio escándalo sanitario en pleno evento multitudinario.
La Virgen del Carballo, perteneciente a la Diócesis de Añatuya, cumplió el pasado 14 de agosto 200 años desde su última aparición. Su historia está ligada a la Virgen de Huachana, que se apareció a la niña Telésfora Verón, pero con el traslado de la familia Verón a Carballo, la imagen también fue llevada allí.
Tras un reclamo de los habitantes de Huachana, un Juez de Paz resolvió que cada comunidad conservara una imagen. Hasta hoy, en Carballo aseguran tener la original, mientras que en Huachana sostienen que poseen la verdadera.
La peregrinación, que en sus inicios unía Monte Quemado con el paraje Carballo, cambió hace 25 años cuando una inundación obligó a trasladar la celebración a la ciudad. Desde entonces, la fiesta se consolidó en Monte Quemado, donde se transformó en un evento masivo y popular que involucra a toda la comunidad. Vecinos adornan las calles, se suman incluso creyentes de otras confesiones y el fervor se hace visible en altares, cantos y danzas.
La característica central de la festividad es la procesión, que inicia a las 14 y finaliza al anochecer, recorriendo los barrios de Monte Quemado y pasando frente a cada vivienda, donde los fieles esperan con devoción.
A la multitud se suman peregrinos que llegan a caballo, en bicicleta o desde localidades vecinas, algunos desde el día anterior. Para muchos, la Virgen del Carballo no solo es tradición y fe, sino también un espacio para renovar fuerzas, agradecer y salir nuevamente a anunciar el Evangelio.