Mario Villanueva Moure, el jubilado de 79 años que fue asesinado en un brutal asalto en su casa de Parque Chacabuco a mediados de mayo último, murió de una forma particularmente cruel. Los médicos legistas que analizaron el cuerpo al momento del hallazgo aseguraron que presentaba varios golpes, ninguno compatible con una caída.
Moure era un hombre frágil. Tenía 80 años y sufría de una importante patología cerebral producto de un ACV, con una cardiopatía hipertrófica y dilatada. Los golpes que le dieron los delincuentes, de acuerdo a la autopsia, llevaron a la arritmia que le causó la muerte.
Su estado lo obligaba a vivir con la asistencia de una cuidadora. Esa mujer estaba presente al momento del crimen: es Karen Belén Desimoni, oriunda de San Miguel, madre de un chico de seis años. Desimoni fue la primera en hablar con la Policía de la Ciudad. Aseguró que dos hampones entraron a la casa para maniatar al hombre, revolver todo, robar e irse.
Hoy, Desimoni está bajo prisión preventiva y procesada por el crimen, una decisión tomada por el juez del caso, Martín Del Viso, que la consideró coautora del delito de homicidio en ocasión de robo, con un embargo de más de $100 millones.
La investigación a cargo del fiscal Lucio Herrera profundizó en los huecos de su relato, para señalarla como una posible entregadora. Las cámaras de seguridad destruyeron su relato: la mostraron mientras observaba a los asesinos escapar, para luego esperar y comenzar a tocar las puertas de sus vecinos. También, impidió el acceso a su teléfono celular.
Hay otros dos detenidos por el caso. Uno de ellos es el ex cuñado de Desimoni.
Al procesar a Desimoni, Del Viso recordó el riesgo de fuga de cara a la posible pena. Sin embargo, la semana pasada, el juez decidió otorgarle la prisión domiciliaria a la mujer. El motivo: que se revincule con su hijo. “La necesidad manifiesta de que el niño pueda revincularse con su madre en pos de su interés superior”, expresó en su fallo, al que accedió Infobae.
Un informe de la Defensoría General de la Nación, que entrevistó al niño, apoyó el planteo de la defensa. “Si bien cuenta con un entorno familiar ampliado que lo contendría en la ausencia de la mamá, los equipos técnicos señalaron que el niño necesita de la presencia de su madre para recuperar su figura adulta de referencia, así como para restablecer su centro de vida”, razonó Del Viso en base al informe.
La fiscalía del caso se opuso a la decisión con un escrito de la auxiliar Cecilia Kelly. Aseguró que el padre del chico se encuentra en libertad. “No pesa sobre él restricción alguna para asumir la responsabilidad parental”, alegó.
Luego aseveró que la prisión domiciliaria con la sola excusa de que Desimoni regrese a su hijo, no corresponde de acuerdo al Código Penal, dada la edad del menor. También, que “el interés superior del niño” no le impidió ser la presunta entregadora de un robo que terminó en muerte.
La familia de Villanueva, querellante en el expediente, también apeló. “El hecho imputado a Desimoni en los autos principales revela un desprecio absoluto por la vida humana. Asimismo, no puede soslayarse que el hecho fue cometido con plena conciencia de su rol materno, lo que agrava su reprochabilidad. La maternidad, lejos de operar como atenuante, demuestra una mayor desaprensión frente a sus deberes parentales y a la ley”, aseguraron en su escrito.
Luego, recordaron la pena máxima para el delito que se acusa, 25 años de cárcel, y que Desimoni actuó con “una planificación consciente y perversa” en la que aprovechó “su posición de confianza y de cercanía con la víctima”.
Si Del Viso no revierte su decisión, querella y fiscalía podrán impulsar una revisión en la Cámara de Casación del fuero y en la Cámara federal.