La ley que rompió el silencio: el pedido de la reimplementación del Programa de Educación Sexual Integral, a 19 años de su sanción

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La educación sexual integral cumplió 19 años

El 4 de octubre del 2006 se sancionó la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral (ESI). Se cumplieron 19 años de un hito histórico y de una norma que empezó a contar sobre derechos que eran un tabú en la escuela. Pero, especialmente, al hablar de cuidado del cuerpo, se permitió que chicas y chicos -desde el jardín de infantes hasta los terciarios- pudieran contar lo que sentían, lo que pensaban y lo que les hacían.

La educación sexual se convirtió en la principal vacuna contra el abuso sexual infantil. Las chicas y chicos que eran tocados por adultos, en muchos casos, de sus familias, que les decían que no contaran nada porque era un secreto pudieron romper la mordaza porque en la escuela de eso sí se hablaba.

Se evitaron abusos que no se pueden contabilizar porque los alumnos y alumnas ya tenían herramientas para saber que no les podían tocar sus partes íntimas. Y, cuando el dolor no se pudo evitar, sí se pudo dejar de perpetuar. La escuela fue un freno, un límite, un nunca más.

Los libros sobre ESI (como el de Mar Lucas y Leandro Cahn) generaron contenidos educativos para todas las edades (Crédito: Santiago Saferstein)

Los tíos, padrinos, padrastros, padres, abuelos, amigos paternos que tocaban, penetraban u obligaban a aceptar actos sexuales eran una amenaza permanente. Sin embargo, dejaron de tener impunidad en las aulas donde los chicos, más que escuchar, pudieron hablar, más que en la clase, al final, que fue el principio de la denuncia, reparación y dignidad.

“Contamos con una herramienta muy efectiva que tiene como punto de partida una ley. Seis de cada diez víctimas de violencia sexual son niños: el 80% de quienes lo pudieron reconocer lo hicieron gracias a una clase de ESI en la escuela”, afirmó el gobernador de la Provincia de Buenos Aires Axel Kicillof, en el primer congreso bonaerense de educación sexual.

La Ley 26.150 establece que todos los alumnos y alumnas tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial y municipal.

El derecho a la Educación Sexual Integral es un derecho de chicas y chicos en todas las escuelas del país

Se aprobó en 2006. Pero llevó un largo camino que se ponga en práctica. Hoy es atacada por sectores anti derechos y muchas docentes son perseguidas por cumplir la ley o se juzgan sus contenidos con información falsa, prejuicios o etiquetas mentirosas como que se trata de “ideología de género”.

“La Ley 26.150 de ESI es un derecho conquistado gracias al reclamo de adolescentes y jóvenes. La ESI permitió que chicas y chicos reconozcan su derecho a decidir sobre sus cuerpos, detectar abusos en la infancia y acceder a información clara y científica. Sin embargo, desde la creación del Ministerio de Capital Humano, el Programa Nacional de ESI quedó suspendido, dejando a la niñez y adolescencia sin acceso a materiales ni orientaciones indispensables”, reclamó la Fundación Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM).

La educación sexual no solo enseña, principalmente, escucha

En realidad, es una norma obligatoria, es un derecho de los chicos y chicas, por encima del humor social, del Poder Ejecutivo, de la línea de cada colegio y del permiso de los padres y madres porque, justamente, intenta preservar a la infancia de abusos en las familias, en colegios eclesiásticos, en jardines de infantes o en otras instituciones.

No puede depender de la voluntad de otros. Es una norma que debe cumplirse. A menos que sea derogada por el Congreso de la Nación. Pero eso está lejos de suceder. Y, por eso, hay que respetarla y ponerla en práctica y no puede reducirse, esconderse, ni ir para atrás. La historia le da más valor. La sanción fue en 2006 y, a partir de ese momento, se trabajaron los lineamientos curriculares, que implicaron los contenidos que debían estar primordialmente, que se aprobaron en 2008.

La diferencia entre la Educación Sexual Integral y la educación sexual es que todo dice algo sobre el sexo: lo que no se dice, lo que se ve aunque no se diga nada, un sketch de televisión, una pelea mediática, el porno a un click en las redes, las series para adolescentes con sexo turbio, la hipererotización de las chicas, la masificación de Only Fans, la moda y las encuestas de Instagram, la radio o Tik Tok que ponen puntaje a cada chica o si le dan o no le dan, la espectacularización en los noticieros policiales de adolescentes que son asesinadas. La educación sexual es todo. Pero la posibilidad que tiene la escuela es única.

La ESI va contra el relato de los cuentos clásicos en donde el lobo feroz (o un abusador) podía abusar de una niña y da herramientas para poder prevenir y defenderse de los abusos

Los chicos nacen de un repollo, los hijos vienen de París o a los niños los trae la cigüeña. Los mitos sobre el origen escondían el acto sexual. Hoy la sociedad no lo esconde, lo exhibe en redes, lo muestra en vivo, lo graba y lo difunde sin consentimiento, lo preguntan y lo responden en programas de espectáculos.

¿Si se habla en todos lados cómo no se va a hablar en la escuela con contenidos científicos y con la posibilidad de hablar sobre lo que gusta, lo que no gusta, lo que se necesita, lo que lastima y lo que se disfruta?

“Exigimos se implemente la Educación Sexual Integral”, exige FEIM. “La Ley creó el Programa Nacional de Educación Sexual Integral que produjo materiales de mucho valor y adecuados a las necesidades e inquietudes de la niñez según grupo de edad empezando por el nivel inicial. El mayor valor fue permitir que reconocieran el derecho a que no hagan en sus cuerpos lo que no quieren, lo que ayudó a detectar el abuso sexual en la infancia”, destacó FEIM.

Mabel Bianco, la directora de FEIM, exige la reimplementación de los programas de educación sexual

Y contextualizó: “A partir de la asunción del gobierno nacional actual y la creación del Ministerio de Capital Humano en el cual el Ministerio de Educación pasó a ser una secretaría, al igual que la de la Niñez y adolescencia, se suspendió el programa nacional con la justificación de que se iban a revisar sus materiales, contenidos y metodologías. A partir de allí nunca más se recuperó el programa”.

La médica Mabel Bianco, presidenta de FEIM, recalcó: “Chicas y chicos hoy nos reclaman esta educación no para promover las relaciones sexuales, sino al contrario para poder decidir y no ser empujadas/forzadas a tener relaciones que no quieren, no les interesan, pero no saben cómo evitarlas. Es necesario que el gobierno nacional y los provinciales la restituyan ya”.