Para tomar dimensión de la red narco vinculada al contrabando marítimo de drogas que está detrás del intento del tráfico de 510 kilos de cocaína en un torno que viajaba en un contenedor desde Argentina a España, hay que ir un poco hacia atrás.
La investigación de la PROCUNAR comenzó el 3 de junio pasado, a raíz de información recibida a través de la Red de Fiscales Antidroga de Iberoamérica (RFAI), de parte de Macarena Arroyo Marín, de la Fiscalía Especial Antidrogas Algeciras (España).
El dato hablaba de una organización que creaba estructuras societarias y simulaba operaciones de comercio internacional con el fin de ocultar importantes cargamentos de cocaína peruana en las mercaderías transportadas. Dicha organización tenía puntos de operación en este país.
En pocas palabras, la maniobra se originaba en Perú, uno de los principales centros de producción y distribución de cocaína, tenía como destino España y que Argentina había sido utilizada como puente trasatlántico.
La banda, a la vez, exhibía un sofisticado método de ocultamiento del cargamento de estupefacientes, además una estructura económicamente sólida y amplios recursos logísticos.
Encontraron, en ese sentido, un universo de operaciones similares de comercio internacional, orquestadas en el seno de una misma organización criminal, valiéndose para ello de unas 16 estructuras societarias y células de acción en varios países (Colombia, Perú, España, Portugal y Panamá). Al mismo tiempo, los investigadores dieron con incautaciones de droga que había sido escondida en grandes maquinarias.
En síntesis, no estaban frente a un suceso aislado, sino que, por el contrario, frente a una mecánica mantenida en el tiempo por una estructura narco-criminal de envergadura internacional.
Con esta información, la procuraduría a cargo de Diego Iglesias, el fiscal Claudio Navas Rial, junto a la División Operaciones Federales de la PFA y la Aduana (Arca), individualizaron una operación de comercio internacional, sospechosa.
Se trataba en ese entonces de una exportación que había culminado su etapa en este territorio y que estaba en tránsito marítimo con destino final Algeciras.
La maniobra en Argentina
El Torno – Centro de Mecanizado Vertical, Marca “ZMAT”, Modelo “VMC 600E” ingresó a Argentina el 22 de octubre de 2024, desde Perú, por la frontera Villazón (Bolivia)-La Quiaca (Jujuy), en un camión de patente boliviana.
Aunque su fabricante indica que la maquinaria tiene un peso de 3500 kilos, se declararon 4 mil kilos, por lo que creen que ya tenía la droga en su interior.
En la operación aparece como parte proveedora la empresa peruana “ASDEOROS IVESTMENT GROUP SRL” y el operador de esa importación Ulises Matías Curá, con domicilio en San Ramón de la Nueva Orán, en la zona fronteriza de Salta.
Una factura del 16 de agosto de 2024, consigna que Curá –primo del senador salteño Juan Cruz Curá– abonó al contado USD 13.000. Poco tiempo después, se constituyeron las dos empresas que posteriormente participarían de la exportación de la maquinaria desde Argentina a España (“Palets Extremadura” y “Import Export”, vinculas a Ramiro Franco Ureña y Maximiliano Ovando).
Además, el torno estaba usado. Su aspecto a simple vista era de deterioro. Por el contrario, fue declarado en la documentación labrada para su importación y exportación y no guarda vinculación con el objeto societario de la empresa española adquirente.
Tan bueno era el método de ocultamiento que la cocaína no fue detectada por ninguna tecnología ni por el ojo humano ni el olfato de los canes.
El camión llevó el torno a un depósito ubicado en la calle Julio Troxler de Villa Soldati, correspondiente a la empresa “LOGÍSTICA RJ BS AS SRL”. De ese lugar fue retirado el 28 de marzo de este año por un chofer que lo trasladó al depósito fiscal “GEMEZ SA”, donde fue descargado horas después de ese mismo día.
Al día siguiente, Curá emitió factura de venta a la empresa IMPORT EXPORT MANAGEMENT INDUSTRY SRL, respecto del torno en cuestión, por un valor de $24.200.000.
El contenedor ingresó el 28 de abril a la terminal portuaria “Exolgan SA” (ubicada en Dock Sud, Avellaneda) y luego egresó el 7 de mayo siguiente por el Puerto de Buenos Aires, en el buque “Czech” con destino final Algeciras España.
Para ese momento, la entrega estaba siendo vigilada.
El 25 de agosto pasado, el contenedor investigado fue retirado de ese puerto y permaneció bajo vigilancia en todo momento. El 28 de agosto, personal policial español, junto al Subcomisario Gonzalo Giordano, de la Policía Federal Argentina, procedieron a la apertura del torno.
La diligencia se realizó utilizando maquinaria especial para el corte de la plancha metálica que funcionaba como método de ocultamiento del material estupefaciente.
La plancha metálica poseía un gran espesor de plomo y presunta grasa, siendo evidentemente este método el utilizado para evadir los controles de scanner y canes detectores de droga. Además, se acreditó que el compartimento donde fue hallado el material estupefaciente se encontraba totalmente sellado, es decir, para ingresar o extraer cualquier elemento de su interior, este debía ser dañado y/o cortado.
En el interior de dicho compartimento se halló un total de 510 kilogramos de clorhidrato de cocaína, separados en 444 paquetes.
De esta manera, por pedido de los fiscales, el Gustavo Meirovich ordenó 18 allanamientos en Orán, Morón, Villa Soldati, CABA, Jujuy y otros puntos. Además, se detuvo a Curá, a Ureña, a Ovando y a un cuarto sospechoso de una empresa de mensajería involucrados en la maniobra desbaratada en el operativo denominado LUSITANIA, que la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, presentó hoy en conferencia de prensa en la que informó detenciones en España y del financista en Perú.