Una avioneta totalmente calcinada fue encontrada este martes en una zona rural de La Vanguardia, departamento Constitución, en la provincia de Santa Fe. El caso se transformó en un misterio, sobre el que sobrevuela la idea de un vuelo narco que salió mal, ya que se detectaron huellas de otro vehículo en la zona y rastros de acelerantes que hacen sospechar que el incendio haya sido intencional.
El hecho fue reportado durante la jornada de este martes a través de un aviso telefónico que realizó un hombre, quien alertó a las autoridades al descubrir los restos del vehículo aéreo en un campo.
La Policía de Investigaciones (PDI) del Departamento Operativo Región II, Distrito Villa Constitución, se hizo presente en el lugar tras recibir la notificación del jefe de la Comisaría 7ª. La intervención fue coordinada por la fiscal Analía Saravali, del Ministerio Público de la Acusación local, bajo la carátula inicial de “averiguación de un hecho”.
La escena fue asegurada por distintas unidades especializadas, como el equipo de Científica Forense URVI, la Sección Canes de la PDI, y personal de Bomberos Zapadores pertenecientes a la sección Pericia de Siniestros.
El gabinete criminalístico, en tanto, desplegó a sus peritos para realizar las tareas de rutina sobre la aeronave y la zona con labores de planimetría y fotografía forense.
En paralelo, los agentes comenzaron con la toma de declaraciones y recolección de datos útiles para iniciar una línea investigativa. Hasta el momento, no se obtuvo información que permita determinar las causas del siniestro ni identificar a los posibles tripulantes de la aeronave. Tampoco se hallaron documentos ni restos humanos en el interior.
No obstante, se observaron huellas de un segundo vehículo terrestre, cuya presencia en el área podría estar vinculada al incidente. Además, los peritos detectaron indicios de acelerantes de combustión, lo que abrió la posibilidad de que el incendio haya sido intencional, aunque se aguarda el resultado definitivo de las pericias químicas para confirmarlo.
En apoyo a las tareas, también se presentó en el campo personal de Gendarmería Nacional, específicamente de la Sección Inteligencia, que colaboró con las primeras diligencias.
Por disposición del fiscal, se procedió al secuestro de los restos de la aeronave para su análisis en laboratorio. Mientras, se trabaja para reconstruir la trazabilidad de la avioneta, establecer su matrícula —hasta ahora irreconocible por el nivel del daño— y determinar si hay vínculos con alguna actividad delictiva: los vuelos narco son una opción.
Hay que recordar que el pasado 16 de julio el juez federal de Gualeguaychú, Hernán Viri, procesó con prisión preventiva a un piloto peruano de 22 años por su presunta participación en una maniobra de contrabando de 358,95 kilogramos de cocaína, transportados en una avioneta Cessna 210 E que aterrizó en enero pasado en un campo de la localidad entrerriana de Holt Ibicuy.
La medida fue adoptada a pedido del fiscal federal subrogante Pedro Rebollo y del fiscal coadyuvante Martín Uriona, de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR).
El magistrado lo consideró partícipe necesario del delito de contrabando de importación agravado, al haber sido cometido por más de tres personas, utilizando un medio de transporte aéreo y por tratarse de estupefacientes destinados al comercio interno o internacional.
Según la acusación, el imputado y su hermano habrían dispuesto de la aeronave para ejecutar el traslado de cocaína desde Bolivia hacia Argentina, con un presunto destino final en la localidad bonaerense de Luján.
Por circunstancias aun bajo investigación, el aterrizaje se concretó en Campo Grande, a unos 15 kilómetros de Holt Ibicuy. Allí fueron detenidos el piloto de la aeronave, Leonardo Monte Alto Gusmao, de nacionalidad brasileña, y Jade Isabela Callaú Barriga, ciudadana boliviana.
