Ariel Jeremías Alexis Giménez, el hombre acusado de cavar el pozo donde aparecieron los cuerpos de las víctimas del triple femicidio narco en Florencio Varela, ofreció una versión propia ante la Policía Bonaerense sobre cómo llegó a vincularse con la casa del horror.
Según figura en documentos a los que accedió Infobae, Giménez, de 29 años, fue buscado intensamente el viernes pasado. En esa fecha, una delegación de la Policía Bonaerense allanó la vivienda donde reside con su familia en Florencio Varela, pero no lo ubicaron.
Recién al día siguiente, cuando supo del procedimiento, él mismo llamó a los policías. Les pidió que volvieran para entregarse y ofrecer su versión.
En esa declaración, Giménez dijo que la noche del viernes 19 de septiembre -día de la desaparición de las víctimas-, fue contactado por una pareja a la que conocía de antes.
Estas personas -Giménez aportó ante los policías dos nombres, que se preservan en esta nota- le pidieron alquilar un equipo de música porque planeaban una fiesta en la casa ubicada en Chañar y Río Jáchal.
Esa propuesta sucedió cerca de las 20, es decir, un rato antes de que Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15) se subieran a la camioneta Chevrolet Tracker que las trasladó hasta el lugar.
Giménez aceptó y tomó un remís hasta la zona. Se encontró con la pareja a una cuadra del lugar aproximadamente y les entregó el parlante. Por ese alquiler recibió 30.000 pesos y también drogas. Respecto de esto último, dijo que tiene un vínculo con el consumo de estupefacientes. Después, volvió caminando hasta su casa.
La situación se reactivó al día siguiente. Como nadie le devolvía el parlante, se comunicó con esas personas el sábado 20 de septiembre, cerca de las 14. En este caso, le propusieron que fuera a buscar el equipo y que llevara a su hermano porque también tenían una changa para él.
Pero como su hermano estaba trabajando, Giménez fue solo y se ofreció a hacer el trabajo.
Cuando llegó de nuevo a la casa de la calle Chañar, le mostraron un pozo a medio tapar en el patio trasero. No percibió cosas extrañas en ese momento, según su testimonio, por lo que terminó rellenando y emparejando el pozo con una pala y un pico. Por esa tarea recibió 45.000 pesos.
Antes de irse, la pareja le pidió a Giménez un auto de una aplicación de viajes para que pudiera regresar a su domicilio junto con el parlante. Además, le “regalaron” las herramientas utilizadas para la tarea: la pala y el pico.
El sospechoso de 29 años dijo que, al llegar a su casa, vendió esas herramientas a un vecino porque no las necesitaba.
Otra parte de los documentos a los que accedió Infobae detalla un dato sobre el teléfono del detenido. Al trascender la noticia del triple femicidio, circularon versiones sobre que había descartado el aparato. Sin embargo, el propio acusado y los oficiales que participaron del operativo coincidieron en que él informó haber sufrido el robo del celular el domingo siguiente a la desaparición de las víctimas.
Tras finalizar su declaración ante los policías, la Justicia dispuso Giménez quede detenido, imputado por encubrimiento agravado.
Este lunes, al ser trasladado para su indagatoria ante el fiscal Carlos Adrián Arribas, se negó a declarar. Cabe aclarar que la explicación que había brindado a los policías no posee validez frente a la fiscalía a menos que lo ratifique formalmente.
Por el triple crimen, hasta el momento, hay nueve detenidos. Los primeros sospechosos en caer fueron Magalí Celeste González Guerrero (28), Andrés Maximiliano Parra (18), Iara Daniela Ibarra (19) y Miguel Ángel Villanueva Silva (27), a quienes ya trasladaron hacia el penal de Melchor Romero.
Durante el fin de semana fueron arrestados Giménez y Víctor Sotacuro Lázaro (41), señalado de manejar el Volkswagen Fox que le dio apoyo a los homicidas. Y el lunes quedó bajo arresto Florencia Ibáñez (30), sobrina de Sotacuro Lázaro que estuvo en el mismo auto con su tío la noche del crimen de las chicas.
A todos ellos este martes se les sumaron Tony Janzen Valverde Victoriano, conocido como “Pequeño J”, investigado como supuesto autor intelectual, y su presunto ladero Matías Agustín Ozorio. Ambos fueron detenidos en Perú.