Una familia holandesa se presentará en la justicia argentina y reclamará el cuadro robado por los nazis

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El Retrato de una dama, atribuido a Vittore Ghislandi, fue robado por los nazis y recuperado tras más de 80 años de búsqueda (Fuente)

La aparición del Retrato de una dama (Portrait of Contessa Colleoni) en Mar del Plata detonó un proceso judicial inédito en la lucha por la restitución de patrimonio cultural expoliado durante la Segunda Guerra Mundial.

La pintura, atribuida a Vittore Ghislandi (1655–1743), había sido sustraída de la galería del marchante neerlandés Jacques Goudstikker, pasando entonces a manos del jerarca nazi Friedrich Kadgien, quien la introdujo en Argentina. Actualmente, esta pieza se encuentra en el centro de un reclamo judicial sin antecedentes en el país.

La única heredera legítima de Goudstikker, Marei von Saher, recurrió a un despacho neoyorquino con amplia experiencia en el ámbito de restitución de bienes culturales expoliados durante el Holocausto. Esta firma depositó la gestión local en Herberto Robinson, socio del Estudio McEwan, respaldado por los penalistas Guillermo Brady y Juan Ignacio Pascual.

Según le confiaron a Infobae, el equipo legal ya prepara la presentación formal ante la Justicia Federal de Mar del Plata.

Brady detalló que el mandato recibido es explícito: “Procurar la restitución del Retrato de una dama a la familia Goudstikker y, al mismo tiempo, asumir el rol de querellante en la causa a fin de que se investigue la posible comisión de delito o no”.

A su vez, Pascual destacó la actuación en esta etapa de los funcionarios argentinos: “Queremos subrayar el compromiso de los fiscales federales de Mar del Plata, Carlos Martínez y Daniel Eduardo Adler, y del juez federal Santiago Inchausti, que han trabajado con celeridad y fuerte compromiso en el avance del expediente. También la actuación de la PROCELAC, bajo la conducción del Dr. Diego Velasco, ha sido decisiva para articular con organismos internacionales”.

La heredera Marei von Saher lidera el reclamo judicial con el apoyo de un equipo legal internacional y local (Fuente)

Este conjunto de intervenciones permitió impulsar la indagación y evidenció, según los voceros del reclamo, el alineamiento del sistema jurídico nacional con el derecho internacional aplicado a la reparación por crímenes culturales de la Segunda Guerra Mundial. Al analizar la perspectiva penal, los abogados señalaron que estas acciones, si bien podrían encuadrarse en delitos comunes según el Código Penal argentino -como hurto, robo, encubrimiento o lavado de activos (arts. 162, 164, 277 y 303)-, solo pueden interpretarse en función del contexto histórico.

Añadieron que la imprescriptibilidad de estos delitos está expresamente establecida en el artículo 29 del Estatuto de Roma y reafirmada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina a través de fallos reiterados que consolidaron la obligación de los tribunales nacionales de investigar y sancionar actos de lesa humanidad a partir del principio de jurisdicción universal.

Más allá de este planteo por parte de la defensa de la heredera Marei von Saher, aún no hay imputación formal. El próximo paso de la investigación será realizar un peritaje de la obra, dentro de la causa en la que están imputados por encubrimiento Patricia Kadgien, una hija del jerarca nazi, y su esposo.

Por su parte, Robinson resaltó el carácter excepcional del caso: “En muchas ocasiones, las obras recuperadas después de la guerra fueron devueltas a los Estados y no a las familias de las víctimas. Eso generó situaciones polémicas e injustas, porque los herederos quedaban privados de lo que legítimamente les pertenecía. Lo novedoso aquí es que, si se tiene en cuenta el compromiso que en los últimos años ha demostrado el Estado de los Países Bajos, lo esperable es que la justicia argentina disponga la restitución directa a la familia Goudstikker, y no al Estado. Ello sentaría un precedente histórico”.

Los abogados Brady y Pascual consideraron que este expediente podría constituir la primera resolución de esta índole en Argentina y ofrecer un modelo internacional: “Sería la primera vez que la jurisdicción argentina resuelve un caso de esta naturaleza, y puede convertirse en un ejemplo para el mundo. No se trata solo de recuperar una obra de arte, sino de reparar una deuda histórica con las víctimas y sus descendientes”.

Según anticiparon, en los días venideros el equipo presentará la documentación que acredita la legitimidad del reclamo ante la Justicia Federal de Mar del Plata, solicitando que se les reconozca como parte querellante y su intervención en el proceso penal correspondiente.

La historia del cuadro

El cuadro estuvo en poder de la familia Kadgien, descendientes de un jerarca nazi, hasta su reciente entrega a la Justicia argentina (Fuente)

El “Retrato de una dama”, también identificado como Retrato de Dama del maestro Giuseppe Ghislandi, estuvo incluido durante más de ocho décadas en la nómina de intensamente buscados por la Agencia de Patrimonio Cultural de Países Bajos. Tras ser parte de la colección de Goudstikker, su rastro se perdió después de la ocupación nazi de 1940 y la liquidación de la galería.

Una investigación del medio neerlandés AD basó sus sospechas en documentos de la Segunda Guerra Mundial que vinculaban al cuadro buscado con Friedrich Kadgien, asesor financiero de Hermann Göring. Tras la guerra, Kadgien escapó a Suiza y luego se estableció en Buenos Aires, donde vivió hasta 1978.

Peter Schouten, corresponsal en Argentina, buscó a la familia Kadgien en Mar del Plata y observó una fotografía en un portal inmobiliario que mostraba el cuadro en la casa. El hallazgo generó repercusión y, tras la alerta a Interpol, la Fiscalía y el Juzgado de Mar del Plata ordenaron un operativo en la vivienda de Patricia Kadgien. Al llegar, el cuadro ya no se encontraba y sólo hallaron un tapiz.

Tras nuevas acciones judiciales y la detención preventiva de Patricia Kadgien y su esposo por encubrimiento agravado, el abogado de la familia entregó la pintura al Ministerio Público Fiscal el 3 de septiembre. Al día siguiente, el juez ordenó su resguardo bajo custodia de la Corte Suprema, donde permanece hasta que se resuelva el conflicto.