Crónica del último adiós a Miguel Ángel Russo: lo que no se vio entre la multitud que lo despidió en la Bombonera

0
15

Fotografía: Adrián Escandar

Fue una jornada poco habitual. Desde muy temprano, en los alrededores de la Bombonera, se empezó a reunir mayor cantidad de gente de lo normal. Siempre hay contingentes de turistas que incluso pasean por los alrededores del estadio Alberto J. Armando con un guía turístico, pero esta vez los detalles de la historia de Boca tenían un eco extraño. Los primeros minutos de la mañana fueron casi de un silencio respetuoso, sepulcral. De a poco empezaron a llegar las coronas dedicadas que fueron apostadas sobre la histórica Puerta 3, por donde el público en general hizo su ingreso y egreso. El vallado se extendió a lo largo de la calle Brandsen y se ubicó en paralelo a la cancha también por Dr. del Valle Iberlucea.

“No hay placer más grande que ser hincha de Boca. Gracias Miguelo, QEPD. Nunca te olvidaré”, es el mensaje escrito sobre dos piezas de cartón y que lleva puesta una gorra con el escudo de Boca y una bandera con los colores del club colgada en el cuello como capa de superhéroe. Lentamente, el público se va ubicando a la espera de la apertura de puertas, que estaba anunciada para las 10 de la mañana y se posterga porque es turno del momento íntimo para el plantel, cuerpo técnico y dirigentes de Boca con los familiares e íntimos de Miguel. Entre mucho azul y oro, asoman las primeras camisetas de otros equipos: Estudiantes de La Plata, Rosario Central y San Lorenzo. Más tarde aparecerían las de Lanús, Millonarios de Colombia, Independiente y hasta River, representado por un muchacho que se calzó la 10 de Juanfer Quintero y le rindió homenaje al DT boquense que, según reveló, luchó con una enfermedad similar a la de su padre. Muchos salen quebrados, les es imposible contener las lágrimas.

La corona de flores que envió River Plate a la Bombonera (Fotografía: RS Fotos)

Las coronas siguen llegando y son ubicadas a los costados de la puerta de ingreso. Entre ellas, se distingue una con flores azules y amarillas que está firmada por el Club Atlético River Plate. Al estar tan lejos de la vista de todos, casi pasa desapercibido. Solamente por medio del zoom de una cámara se pudo constatar la señal de respeto del rival de toda la vida en un momento tan doloroso. Al lado hay otros ramos de flores dedicados por Rosario Central, la familia de Gonzalo Belloso (presidente canalla), la Mutual de ex jugadores del CABJ, la comisión directiva de Cerro Porteño de Paraguay, agrupaciones de Boca, la intendencia de Lanús y del presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol. Más tarde, aparecería la del representante Christian Bragarnik.

Para hacer más llevadera la espera, cuando ya pasaron las 11 de la mañana, algunos hinchas cantan: “Olé, olé, olé, olé, Russo, Russo…”. Recién a las 11:30 la seguridad privada que lidera la fila de gente advierte que está prohibido el uso de cámaras y teléfonos celulares dentro del hall central de la puerta 3, que ya tiene su persiana levantada. Allí asoman tres pantallas verticales en las que se ven distintas imágenes de Miguel durante sus ciclos en Boca. Por decisión familiar, Russo fue velado a cajón abierto. Y cubierto por las camisetas de los clubes con los que más se identificó. Boca, Central y Estudiantes fueron las principales. Pero también había otras ofrendas de equipos que guardan lindos recuerdos suyos.

Un hincha llora junto a una dedicatoria en honor a Miguel Russo (REUTERS/Matias Baglietto)

Internamente el hall también está vallado y dividido en dos: una parte destinada al circuito de entrada y salida para la gente y, del otro lado, un sector VIP destinado a su círculo íntimo y los planteles profesionales que circularon durante todo el día (Boca, Barracas Central, San Lorenzo y Rosario Central). Una vez que el público en general comenzó a entrar, los futbolistas de Boca Juniors se retiraron por el estacionamiento que da a la calle Irala. Estuvieron todos, desde Chiquito Romero hasta Tomás Belmonte y Alan Velasco, que acudió con una férula en una pierna por una lesión de rodilla que posiblemente lo aleje de las canchas hasta 2026.

Por lo bajo, alguno se queja porque lee en redes sociales que Leandro Paredes tomó la decisión de no volver de la gira con la selección argentina en Estados Unidos para despedir a Miguel. Cuestiones de logística y tiempos hacían imposible que llegara en tiempo y forma independientemente del permiso del cuerpo técnico de Lionel Scaloni. A su forma, el capitán de Boca marcó su presencia a la distancia y le hizo sentir a la familia su presencia. Además, juró honrar el vestuario que seguramente liderará de ahora en más.

Bien temprano también llegaron dirigentes de distintas instituciones del fútbol argentino: Racing, Argentinos Juniors, el Pincha y Vélez, con un Raúl Gámez todavía convaleciente por haberse sometido a una operación en la que le colocaron cuatro stents. Pese a alguna rencilla del pasado entre Miguelo y el Fortín, fue momento de reconocer. Incluso el entrenador de la Reserva de los de Liniers, Marcelo Bravo, quien fue figura del equipo de Russo que ganó el Clausura 2005, no faltó a la cita. Puertas afuera, se desactivó otro rumor: la supuesta postergación de Newell’s-Tigre, partido que se disputará mañana a partir de las 18:30 en Rosario como estaba previsto. Y es que además de la presencia de Ignacio Russo, hijo de Miguel, que estuvo puertas adentro con la familia y no viajó con la delegación del Matador, los dos técnicos de los equipos implicados fueron marcados en la vida por Miguel, Cristian Fabbiani y Diego Dabove. Finalmente se resolvió que la Lepra y Tigre chocarán mañana en el Coloso y su hijo Nacho viajará mañana para sumarse al plantel de Victoria.

Riquelme llegó en horas del mediodía y acompañó a la familia de Miguel (RS Fotos)

En horas del mediodía, se colgaron dos banderas: “Jugador N° 12″ y “De Boca hasta la muerte”. Arribó Juan Román Riquelme, Marcelo Delgado, la mesa chica de la junta directiva de Boca y los ex integrantes del Consejo de Fútbol, Chicho Serna y Raúl Cascini. También lo hicieron representantes de Central: Gonzalo Belloso, su esposa y vicepresidenta Carolina Cristinziano, Kily González (hoy DT de Platense) y Hernán Rifle Castellano, entre otros. Al rato, llegaría el plantel desde Rosario encabezado por Ángel Di María, quien no llegó a ser dirigido en su retorno al Canalla, pero sí le reconoció públicamente todo lo que le había dado al club de sus amores.

La procesión a lo largo del jueves fue interminable. De público común y de referentes del fútbol. No faltaron ni siquiera Jorge Brito e Ignacio Villarroel, mandatarios riverplatenses que se cruzaron de vereda por un rato para enaltecer al fútbol argentino. Hubo minutos de silencio en varios entrenamientos. Había sucedido lo mismo en el vespertino que afrontó ayer la selección argentina en Miami. Hasta Lionel Messi se expresó en las redes sociales para reconocer a un hombre que -literalmente- dio la vida por el fútbol. Se fue cargado de pasión, se fue reconocido por el pueblo futbolero y acompañado de un círculo íntimo que respetó su decisión de dar el último suspiro como DT de un equipo. De elite. Compitiendo. Dando batalla en el campo y fuera de él.

Miguel Russo así lo quiso. Irse en actividad, irse feliz, irse reconocido, irse vigente. Riquelme le abrió las puertas y le cumplió el último deseo que tenía dentro del fútbol. En Boca, el último entrenador que ganó la Libertadores, se ganó el cielo azul y oro.