Los Juegos Olímpicos podrían prohibir la participación de atletas transgénero en las disciplinas femeninas

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La boxeadora argelina, Imane Khelif, ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024 y abrió un fuerte debate (EFE/EPA/MAST IRHAM)

El debate sobre la participación de atletas transgénero en los Juegos Olímpicos se encamina hacia un cambio de paradigma, con la inminente posibilidad de que el Comité Olímpico Internacional (COI) establezca una prohibición total para su presencia en las competiciones femeninas. Esta medida, que aún se encuentra en fase de deliberación, surge tras una revisión científica impulsada por la nueva presidenta del COI, Kirsty Coventry, quien asumió el cargo en marzo y encargó un análisis exhaustivo sobre las ventajas físicas asociadas al sexo biológico masculino.

La doctora Jane Thornton, directora médica y científica del COI, presentó recientemente a los miembros del organismo los resultados de esta evaluación. Según el portal The Telegraph, la actualización expuso que la evidencia científica respalda la existencia de ventajas físicas derivadas de haber nacido varón, las cuales persisten incluso después de la reducción de los niveles de testosterona. Fuentes del COI citadas por el medio mencionado calificaron la presentación como “muy científica, objetiva y que expuso pruebas con bastante claridad”, anticipando así la orientación de la decisión final.

Actualmente, la política del COI delega en cada Federación Internacional la potestad de definir las reglas sobre la elegibilidad de atletas transgénero, lo que ha generado una diversidad de enfoques. Mientras disciplinas como el atletismo y la natación ya excluyen a deportistas transgénero de las categorías femeninas, otros deportes, como el fútbol, permiten su participación siempre que se cumplan requisitos específicos, como la reducción de testosterona. Esta disparidad normativa ha dado lugar a situaciones controvertidas y a un debate constante sobre la equidad en el deporte femenino.

Laurel Hubbard, atleta transgénero que participó de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 (REUTERS/Edgard Garrido/File Photo)

La presencia de mujeres transgénero en los Juegos Olímpicos ha sido excepcionalmente escasa. Un caso reciente es el de Laurel Hubbard, levantadora de pesas de Nueva Zelanda, quien compitió en los Juegos de Tokio 2020 sin obtener medallas. La posible nueva política del COI también podría afectar a atletas con diferencias en el desarrollo sexual (DSD), como la sudafricana Caster Semenya, ganadora del oro en los 800 metros en Londres 2012 y Río 2016, cuya carrera ha estado marcada por restricciones reglamentarias impuestas por su disciplina.

La controversia en torno a la elegibilidad de género se intensificó en los Juegos Olímpicos de París 2024, cuando las boxeadoras Imane Khelif y Lin Yu-Ting obtuvieron medallas de oro pese a que no cumplían con los criterios de elegibilidad de género en el Campeonato Mundial de Boxeo. La presidenta del COI, quien integró el comité ejecutivo que gestionó la polémica en París, reconoció que “siempre se aprenden lecciones; París es sin duda uno de esos casos”, aunque sostuvo que no era posible prever esa controversia en particular.

En enero, Coventry, siete veces medallista olímpica en natación, expresó a The Telegraph la prioridad de proteger la categoría femenina: “Proteger la categoría femenina y los deportes femeninos es primordial; es una prioridad que nos unamos colectivamente”. En esta misma línea, añadió: “Cada vez hay más investigación científica. No estamos hablando de cómo esto perjudica al deporte masculino. Eso, en sí mismo, indica que debemos proteger el deporte femenino. Es muy claro que las mujeres transgénero tienen más capacidad en la categoría femenina y pueden arrebatar oportunidades que deberían ser iguales para todas las mujeres”.

Kirsty Coventry, presidente del COI, aseguró que tomarán medidas para tratar la problemática (Jean-Christophe Bott/Keystone vía AP)

Se prevé que el COI anuncie su nueva política en febrero de 2026, durante la sesión que coincidirá con los Juegos Olímpicos de Invierno de Milán-Cortina d’Ampezzo. El organismo también evalúa las posibles repercusiones legales de la medida, en un contexto internacional donde otros entes rectores han adoptado posturas similares. En el Reino Unido, la Federación Inglesa de Fútbol y la Junta de Críquet de Inglaterra y Gales implementaron prohibiciones a principios de este año, aunque la ECB enfrenta actualmente una demanda judicial por su cambio de política.

En Estados Unidos, el comité olímpico nacional prohibió recientemente la participación de mujeres transgénero en deportes femeninos, en cumplimiento de una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump, con la mirada puesta en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. La actividad de atletas como Semenya y Khelif ha sido restringida por actualizaciones reglamentarias en sus respectivas disciplinas, reflejando la tendencia global hacia normativas más estrictas en la materia.