
Las nuevas declaraciones de Armando, el cuñado de Virginia Franco, la psiquiatra asesinada en su casa de City Bell, en el partido de La Plata, volvieron a poner bajo la mira a P. A. B., el amigo de la víctima. Mientras la investigación judicial explora distintas hipótesis, la familia de la víctima apuntó en su contra por haber sido la persona que se encargaba de la gestión de trámites digitales y financieros.
En principio, el hombre había sido demorado en calidad de sospechoso, pero sería liberado horas más tarde, luego de que colaborara con la investigación. Actualmente, su figura sería la de testigo y no sería considerado como un involucrado en el crimen.
A raíz de esto, el hermano del esposo fallecido de Franco ofreció detalles en una entrevista reciente que la familia considera fundamentales para comprender el contexto en el que se produjo el asesinato. Entre los datos que aportó, señaló que la mujer tenía serias dificultades para manejar la computadora y sus cuentas personales.
Durante una entrevista para El Trece, Armando detalló: “Hay que entender que ella era cero por su edad, próxima a los 70 años, no manejaba absolutamente nada, y mi hermano le hacía todos los movimientos de asentamiento, porque ella estaba jubilada de IPS, y seguía trabajando particularmente“.

En este sentido, señaló que la víctima había buscado ayuda en una paciente de la Clínica San Juan, donde trabajaba, quien la puso en contacto con un hombre que comenzó a asistirla en cuestiones digitales. Asimismo, remarcó que este colaborador fue ganando confianza y asumiendo un rol cada vez más relevante en la vida cotidiana de la psiquiatra.
“Este hombre le manejaba todas las vinculaciones electrónicas con la computadora y, a su vez, fue tomando confianza”, afirmó el hombre al indicar que, entre las tareas que realizaba el señalado, se encargaba de emitir los bonos del ejercicio libre que debía presentar para poder cobrar. “Esa tarea ella no la manejaba”, puntualizó.
Acerca de P. A. B. se supo que tiene 47 años, su estado civil es divorciado y sería amigo de la víctima. Tras haber declarado como testigo, las autoridades revelaron que aportó información relevante como, por ejemplo, las contraseñas para que la notebook de la víctima pudiera ser sometida a pericias. Según su propio testimonio, el hombre se desempeñaría como Gerente Operativo en la Caja de Seguridad Social para los Psicólogos de la provincia de Buenos Aires.
De acuerdo con la información publicada por el medio platense 0221, fue él quien, al no lograr comunicarse con la psiquiatra durante un día completo, alertó a la Policía Bonaerense el sábado por la mañana y se presentó en la vivienda de City Bell, donde advirtió que la tranquera estaba abierta.

A pesar de los avances en la investigación, Armando reconoció que la familia aún no logra comprender el móvil del homicidio. Incluso, destacó que la vivienda no presentaba signos de desorden, más allá de las alteraciones propias de la labor policial en la búsqueda de pruebas, especialmente el teléfono móvil de la víctima, considerado un elemento clave para los investigadores.
La causa, que permanece “en plena investigación” y con “dos o tres líneas de trabajo” que estaría centrada en el análisis de los vínculos personales y profesionales de Franco. Al mismo tiempo, también se consideró el testimonio de los vecinos, quienes denunciaron haber visto a un grupo de supuestos jardineros en el patio de la casa el jueves previo al asesinato.
El dato fue aportado por un vecino de la cuadra, quien aseguró que los presuntos jardineros no llevaban ropa indicada para realizar ese tipo de trabajo. De hecho, apuntó contra un joven que sería conocido en la zona por sus “antecedentes de mala conducta”, según la información recogida por El Día.
A pesar de esto, los investigadores aún no habrían detectado movimientos extraños en el área, debido a que las cámaras de seguridad de la víctima no permitían registrar las escenas. Por esto, se inició un relevamiento de las filmaciones de la zona, con la intención de identificar potenciales sospechosos.



