
Fue a fines de julio pasado. La violencia intrafamiliar mezclada con la virulencia narco de la zona de Villa Trujui, en el partido de Moreno, terminó en un tiroteo en el que mataron a Daniela Abigaíl Góngora (17). Justamente, los homicidas eran defendidos por el padre de la víctima, a quien sus hijas le recriminaban que no se ponía del lado de ellas y que las maltrataba. Esta madrugada detuvieron a uno de los prófugos del caso, según contaron fuentes de la investigación a Infobae.
Se trata de Jonathan Eduardo G., de 28 años, quien era buscado por el delito de homicidio agravado en una causa que comenzó a investigar la fiscalía de Moreno a cargo de Luisa Pontecorvo, con el secretario fiscal Pablo Córdoba.
Jonathan Eduardo G. fue atrapado de la DOE Capturas de la Policía Bonaerense luego de un allanamiento, ampliaron las fuentes del caso.
El día que la bala le atravesó la cabeza a la adolescente, durante el tiroteo un vecino que fue a rescatar a su hijo que jugaba a la pelota en la vereda recibió un tiro en un pie; y una hermana de la víctima fue baleada en el glúteo. Todos fueron trasladados de inmediato por particulares al hospital de Moreno, pero Abigaíl no sobrevivió.

Por el crimen de la adolescente y los otros dos intentos de homicidios, en un primer momento hubo dos detenidos y se buscaba a al menos tres prófugos, uno era el novio de la hermana de la víctima, los otros, dos de los agresores defendidos por el padre de Abigaíl. El contexto de la disputa: conflictos de antigua data relacionados a la comercialización de estupefacientes.
La locura se desató el pasado 20 de julio, un domingo de invierno, en la esquina de Ozanam y Tablada del barrio San Cayetano. Pero la génesis había comenzado mucho antes.
“Las hijas hacía como tres meses que estaban distanciadas de su padre porque el hombre tenía problemas de consumo y las maltrataba. Justamente, el día del crimen hubo un zamarreo de su parte a una de las chicas y una discusión que fue escalando”, comentaron las fuentes del caso por ese entonces.
La discusión involucraba un problema entre el novio de una de las hermanas de Abigaíl y una banda narco de la zona que era defendida por el padre de la víctima. Todo terminó a los tiros, con el progenitor de parte de los cuatro que decidieron dirimir a balazos los conflictos que tenían con el joven.
En ese contexto fue que Abigaíl recibió el balazo en la cabeza. Pero como la situación se dio en el marco de un cuadro de violencia intrafamiliar y los homicidas eran amparados por su padre, la fiscalía de Moreno había imputarles a los primeros detenidos el delito de femicidio agravado. Además, les endilgaron la doble tentativa de homicidio por las heridas al vecino y a la hermana de la víctima.
Las tareas de investigación fueron encomendadas, en un primer momento, a personal de la Comisaría 8ª de Moreno (Catonas) y a la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI). Ellos fueron los que primero buscaron a los otros dos hombres que estaban con el padre de la víctima y también al novio de la hermana de Abigaíl con el que se pelearon.
El progenitor de la chica asesinada estuvo demorado, pero fue liberado, luego de que se confirmara por los testigos que no estaba armado al momento del tiroteo.
Recién más de cuatro meses después del crimen, los investigadores dieron con uno de los tres prófugos que tenía la causa.
Lo cierto es que detrás del crimen de Abigaíl hubo un contexto de marginalidad y para muesta de ello basta mencionar que ni siquiera hay imágenes de Google Street View en esa zona: la imagen que ilustra esta nota fue tomada a dos cuadras de distancia, en una zona de barrios tomados por bandas que se disputan la venta de drogas al narcomenudeo y matan sin piedad.



