
La desaparición de más de 100 vacunos valuados en $145 millones en un establecimiento rural de Santo Domingo, provincia de Santa Fe, encendió las alarmas sobre la inseguridad en el sector agropecuario y la falta de respuestas oficiales.
El productor Lucindo Arber denunció el faltante ante la policía provincial, señalando que la pérdida representa “el sacrificio de toda una vida” dedicada a la cría de animales, según declaró a Radio EME. La Sociedad Rural de Rosario advirtió que la desarticulación de mecanismos de control y la ausencia de propuestas específicas para el ámbito rural incrementaron los delitos en los campos santafesinos.
El caso salió a la luz cuando el veterinario encargado del proceso de vacunación antiaftosa obligatoria detectó la ausencia de animales en los corrales. Arber relató que, tras la advertencia, acudió a los bretes donde el puestero había reunido la hacienda y constató la falta de más de un centenar de vacas, terneros y novillitos sobre un plantel de 450 cabezas. El productor, que administra unas 200 hectáreas próximas al río Salado, especuló que los animales podrían haber sido retirados por ese límite natural, aprovechando el bajo caudal del río. “Faltan más de cien vacas, crías y animales de mayor peso, terneros y novillitos”, afirmó Arber a Radio EME.

La denuncia fue presentada ante la Guardia Rural Los Pumas Seccional 11, con sede en Esperanza, que inició las investigaciones junto a la delegación La Pelada, cercana a Santo Domingo. El personal policial realizó comprobaciones en el terreno y verificaciones de planteles en establecimientos de la zona de San Justo, al noreste de Santo Domingo, en busca de pistas sobre el destino del ganado. Arber expresó su esperanza en que la investigación avance: “Tengo confianza en que Los Pumas puedan saber cómo ocurrió el robo. Seguimos con la búsqueda y esperamos resultados”, manifestó.
El productor, conocido en el departamento Las Colonias, subrayó la magnitud del hecho: “Nunca me pasó esto. A veces me faltaron dos o tres animales, pero esporádicamente. Esto es tremendo. Nos duele lo que sucedió porque tampoco es poca plata, sino el sacrificio de toda una vida dedicándonos a criar animales. Estamos muy bajoneados”, declaró. Arber también destacó que su campo se encuentra en una zona muy transitada, próxima a la ruta provincial 80-S y lindera al distrito de Llambí Campbell, lo que hace difícil que un arreo de tal magnitud pasara desapercibido para los vecinos.

En paralelo, la Sociedad Rural de Rosario emitió un comunicado en el que denunció la falta de respuestas de los Ministerios de Producción y Seguridad de Santa Fe, a quienes solicita reuniones desde hace dos años. La entidad señaló la “desarticulación de mecanismos de control, la ausencia de propuestas para el ámbito rural y un aumento de los delitos en los campos”. Solo destacó el trabajo del Ministerio Público de la Acusación (MPA), que atiende la problemática.
Además, advirtió sobre el desmantelamiento de la central del OJO y su vínculo con las entidades agropecuarias, un sistema de monitoreo y coordinación que resultaba indispensable para prevenir hechos de abigeato, robos de maquinaria y hurtos de granos. “Alarma que la última reunión del Consejo Empresario con el Ministerio de Seguridad se centró exclusivamente en la seguridad urbana, sin propuestas concretas para el campo”, concluyó La Sociedad Rural de Rosario.



