
Las aeronaves rusas que entran el espacio aéreo, controlado por el Reino Unido, pueden representar un peligro para otros aviones porque no se ponen en contacto con el control del tráfico aéreo ni emiten un código que garantiza que sean visibles para otras aeronaves.
Las aeronaves rusas que entran el espacio aéreo, controlado por el Reino Unido, pueden representar un peligro para otros aviones porque no se ponen en contacto con el control del tráfico aéreo ni emiten un código que garantiza que sean visibles para otras aeronaves.