Dueño de una particular voz aguda, el estadounidense de origen dominicano fue el anfitrión de unas 25.000 personas. Fue un show gélido, con un sonido tumultuoso, en el que cantó un repertorio romántico ajeno a las actuales subjetividades sociales.Dueño de una particular voz aguda, el estadounidense de origen dominicano fue el anfitrión de unas 25.000 personas. Fue un show gélido, con un sonido tumultuoso, en el que cantó un repertorio romántico ajeno a las actuales subjetividades sociales.